miércoles, 23 de julio de 2014

Homosexualidad

Esta soy yo
Hola! Soy Kanes, la dueña del blog.

Hoy me dio por hablar de un tema que me interesa mucho, que es el de la sexualidad. Quiero hablar de mi proceso HASTA AQUÍ, y que ha conllevado que siga ships, fandoms dedicados a parejas de ficciones gays, el que vea taaanto cine gay, que rechace la heteronormatividad y que haya llegado a la conclusión de que soy demisexual.

No sé si denominarlo tantos un proceso, porque me salté ciertos pasos lógicos por los que alguna gente pasa cuando ya son mayores de edad -o que nunca pasan de hecho- , y que debería haber vivido a los 12 años más o menos en mi caso. Con "paso" me refiero al proceso de pasar de ser homofóbica a no homofóbica. No lo viví -nunca fui homofóbica, quizá sí bifóbica- , y aquí explicaré porqué, entre otras cosas.

Bueno, todo empezó cuando tenía doce años. En ese entonces "supe" que la homosexualidad "existía". Pero no en el sentido literal, ya que no es que me haya enterado. No es que haya sabido de personas que andan con gente de su mismo sexo y haya pensado "Oh, en serio. Qué raro". No pasé por ese proceso. Fue más como cuando aprendes a caminar de pequeño y no te cuestionas porqué aprendes a caminar o porqué estás caminando. Sólo lo haces. Es como si fuera instintivo.

Y bueno, darme cuenta años después de que me salté el proceso de aceptación hacia la homosexualidad me ha hecho pensar, seriamente, seriamente, que hay algo mal conmigo. Con mi cabeza. No estoy diciendo que saltarse ese paso sea malo. Sólo digo que mi nivel de tolerancia es demasiado alto para un ser humano. El ser humano corriente no acepta todo tan rápido y sin pausas. Yo sólo lo hago, al menos con este tema, no con todo. La homosexualidad fue algo que sólo absorbí sin quedarme si siquiera unos segundos pensando "Ah, pero ¿está bien que dos personas del mismo sexo estén juntas?" No, eso no pasó, y por muy lamentable que suene, creo que eso no es normal. Y creo que viene del hecho de que quizá ¿soy más instintiva para todo? No digo que sea menos inteligente. Mi inteligencia es de nivel medio, o eso creo. Mi curiosidad no XDDDD si me permiten elogiarme un poco. Soy más instintiva en cuanto por ejemplo, al hecho de que siempre estoy más predispuesta que otros a sentir emociones, a dejar fluir fuera de mí las emociones. La gente normalmente se pone trabas, no sé, constructos sociales que dicen que no deberían demostrar tanto las emociones. Yo sólo lo hago. Y por eso me gusta tanto ir a conciertos XDD. Es la única instancia en que la gente no va a cuestionar mi salud mental por gritar y llorar de emoción. La gente a mi alrededor ha llegado cuestionar mi salud mental por el asunto de la emoción. O de hecho por pensar de una manera u otra. Es bastante molesto, y creo que lentamente he ido matando esa emoción para poder ser más aceptada. Aunque no siempre se puede reprimir todo.

Bueno, volviendo al tema...

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A mis doce años, o sea, en el 2002, se hizo popular un grupo en mi contexto llamado t.A.T.u. No tengo idea cuanto tiempo llevaban siendo populares para entonces -por eso digo "mi contexto"- , pero supongo que tomó sus buenos meses que la noticias de estas dos chicas siendo lesbianas y cantantes llegara desde las latitudes rusas. Todo lo que llega a Chile pasa por el filtro de Estados Unidos. Si en EE.UU. algo es popular, aquí lo es posteriormente. Sino, es desechado. Bastante limitante, ¿no creen? Suerte que Tumblr me ha salvado de esa ceguera involuntaria y me presentó series tan buenas como Sherlock, Doctor Who, películas rusas, noruegas, suecas, etc.

Julia y Lena creo que se llamaban ellas. Según supe, no eran pareja en realidad. t.A.T.u. fue un proyecto, probablemente uno para abrirle la mente a la gente, o de tajo para causar controversia. Ya saben, la controversia atrae dinero. Cualquiera fuera la razón, sin embargo, me alegro por la existencia de este grupo. El punto es que supe que estas chicas eran lesbianas y a pesar de eso incluso compré el disco. Me gustó la música y hasta ahora las escucho de vez en cuando. Muy buena música la de ellas. En el disco incluso salían videos de ellas besándose. No recuerdo haber sentido nada, ni desagrado ni gusto. Quizá fascinación, y ternura. Porque era algo nuevo, algo que no había visto. Pero nunca nadie me dijo, ni mis padres ni nadie, que eso se llamaba homosexualidad, que en el mundo real eso no era bien visto, al menos no por todos, que no existía el matrimonio homosexual, que en algunos países mataban a la gente por ser gay, etc, etc. Nunca nadie me explicó nada. Así que el cuento quedó ahí.
Cartoons de Nickelodeon * - * (x)

Y puse el disco en clase durante un descanso sin profes, y las niñas de mi curso empezaron a lesear con eso, y sólo años después supe que el asunto del rumor de mi lesbianismo fue algo fuerte por años. Yo no supe, era un pajarito. Y menos mal. Y curiosamente me gustan los hombres. Pero el tema es que no me escandalicé porque estas dos fueran lesbianas. Fue como "¡Ah! Vaya", y cuando las niñas de mi curso empezaron a lesear, a bailar burlesca y apretadamente en medio de la sala, yo hasta me indigné. "Qué estúpidas" y dejé el tema ahí. Tenía otros intereses. Películas de Disney, Nickelodeón. Y t.A.T.u.

Entonces a los 14 empecé a ver Animé. Gaia bendiga ese momento. A veces me arrepiento y deseo que nunca hubiera pasado, pero le debo mi nivel de tolerancia a esos momentos.

Se lo debo a las series shonen-ai, al hecho de que hubiera personajes gay como si tal cosa, y de que yo me enamorara de su relación sin sentir rechazo por ellos. Vi mucho shonen-ai en ese época, y nunca sentí que estaba viendo algo malo. Hasta veía shonen-ai en frente de mis padres. Loveless, por ejemplos. Una vez me puse a dibujar a Soubi y Ritsuka besándose, y como los hombres de anime japonés son tan delicados mi madre pensó que eran dos mujeres. Probablemente por eso mi madre pensó que era lesbiana. Me lo dijo hace poco, y habló con mi papá de eso. Y lo pensó por mi modo de vestir, por mi corte de pelo, etc.

Esta era la imagen exacta, de Loveless XDD (x)
Impresionante cómo la gente estereotipa a todos. Quizá debí nacer lesbiana. Tendría más parejas. A ningún hombre le gustan  las mujeres con pelo corto que se visten cómodamente. Porque por eso me visto así: POR ANDAR CÓ-MO-DA.

El anime tampoco me hizo cuestionarme mucho, pero con el paso de una serie y otra, empecé a darme cuenta de que el shonen-ai quizá no fuera algo que quisiera que mis padres supieran que veía. Loveless fue el único que pasó la prueba de la inocencia. Gravitation lo vi cuando nadie andaba cerca, y ahí creo que fue que comencé a comprender que la homosexualidad era algo acerca de lo cual la gente pudiera escandalizarse. No es que me haya parado a pensarlo. Lo comprendí casi inconcientemente. En ese entonces era un verdadero pajarito, entiéndanme, Y CRÉANME. Era un pajarito en una jaula. Sólo que a esa jaula no paraba de entrar información que abría mi mente sin que ni siquiera yo me diera cuenta o al menos lo sopesara.

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Supongo que es el hecho de que aún estaba en una edad en que estaba madurando cerebralmente. O es que estaba todavía atascada en la niñez, cuando nada te causa rechazo, sólo sorpresa. O cuando no te cuestionas mucho. Y quizá aún estoy atascada ahí, a pesar de que me cuestiono ya. Me cuestiono mucho. Gracias a haber leído El Código Da Vinci especialmente. Me enseñó a no ser tan ingenua, a considerar otras posibilidades, y a que tener sexo no te hace malvado XDDD. O a que tenerlo no te hace una perra (Virgen Maria. Virgen mi abuela...), y a que ser mundano no te quita el caracter extraordinaria (Jesús).

No me cierro a nuevas posibilidades. A nuevas opiniones. No me atormenta andar cambiando de pensamiento de un día para el otro. Nunca he sido de esos que escriben sus modos de pensar en piedra. Y siempre ha sido así, es natural. Y sigo pensando que me falta una chaveta por eso, en serio. Lo normal en el ser humano es ser intolerante, por muy crudo que suene. Hasta mi mamá me dijo que era "demasiado tolerante". La intolerancia es tan innata en el ser humano como el que en la naturaleza se tenga que matar para comer.

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Luego entré a la Universidad, me empezó a gustar Tokio Hotel, grupo alemán, y mi mente se abrió mucho más. Con el tema de Bill Kaulitz vistiéndose como se viste, una cosa llevó a otra. Si bien Bill no es transgénero ni intenta serlo (yo creo que se mataría antes que ser mujer), me llevó a conocer otros tipos de diferenciaciones, como es la identidad sexual.

Dejar claro que la identidad sexual no tiene nada que ver con la orientación sexual.

Identidad sexual es cuando te identificas con un sexo u otro, con unos roles u otros. Que alguien me corrija si estoy equivocada. Pero es eso, y creo que yo podría entrar en esa categoría, si bien nunca querría ser hombre. Quizá por un día o por una temporada para mochilear sin que las posibilidades de que me violen sean tan altas. O para que me respeten más simplemente, para que me tomen más en serio. Pero no cambiaría mi género, porque sé que si fuera un hombre, no pensaría como pienso.

Pero igual encajo en ese sector de la identidad sexual en que no soy completamente del lado femenino. No soy femenina, si bien me gusta bailar y contornearme y adoro la canción "Lady Marmalade" de Mpulin Rouge. Y de hecho me gustaría aprender a bailar árabe o hindú. Pero no soy femenina en mi diario vivir, o la mayor parte del tiempo. Soy muy menguante de hecho. No me visto como una "damita" como dice mi mamá. No llevó el pelo largo, nunca me preocupé en exceso por el look a la edad que debí hacerlo -segun los constructos sociales (después de llegarme la menstruación, se supone). No me desesperé por empezar a depilarme, sacarme las cejas, o maquillarme. Y nunca me interesé por mirar a muchos hombres, aunque me enamoré de un chico a los 10 años.

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Deteniéndome en eso, este enamoramiento fue algo bastante poco superficial. A esa edad debió gustarme el niño lindo de piel clara y cara de bebé, preferentemente un Justin Bieber chileno, pero no, el chico que me gustó era moreno, pelo chuso, cara casi indígena, ojos chocolate, y me di cuenta de que me gustaba cuando me fijé más atentamente en la manera en que leía. Siempre estaba leyendo, era callado, serio, y tenía una nariz aguileña muy bonita, aguileña más ancha de lo usual, tipo Doug Narinas. Nada impresionante. Pero yo lo encontraba guapísimo. Y duró dos años ese enamoramiento, hasta que dejé Catequesis (iba a catequesis conmigo. En ese tiempo era muy fanática de Jesús. Bueno, aún lo soy un poco, pero ahora lo admiro por lo badass y revolucionario que era).

Y de grande no me he enamorado mucho. Es lamentable. Me falta ser más superficial. Con mi primer pololo debí terminar porque empecé a verlo más como un amigo que como pareja. Éramos demasiado amigos, supongo. No había equilibrio.

Y ahora de 23 años, me cuestiono más sobre la homosexualidad. Sobre la bisexualidad, la demisexualidad, la pansexualidad, transexualidad, etc, etc. He dejado espacio para muchas opciones, o para ninguna. Creo que lo que debería hacerse es dejar de ponerle etiquetas a todo. A todas las orientaciones sexuales. Es decir, ¿Por qué no llamarla sólo "SEXUALIDAD" a secas? Los humanos tenemos un raro síndrome que nos hace querer definirlo todo, cerrar todo en una pequeña caja, ponerlo todo en un diccionario. Es extraño, pero es parte de nosotros.

Pero el tema es que las cosas no son en blanco y negro. Hasta la sexualidad es fluída. Deberíamos volvernos un poco hacia nuestro lado animal y aceptar las cosas como vengan. Absorber más. Ser menos impermeables. Aceptar cualquier cosa que no haga daño. Porque que yo sepa el que alguien no sea heterosexual no ha matado de un infarto a nadie, ¿o no?

Excepto quizá a un padre homofóbico al enterarse de que su hijo o hija es gay.
Pero ese es su problema, ¿no?


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