viernes, 17 de junio de 2016

Pagando Impuestos por Existir

Empecé a trabajar como profe. ¿Al fin? Bueno, estuve 7 años en la U estudiando pedagogía así que se supone que tengo que adorar el trabajo, pero hay tanto control de los altos mandos, tantas críticas y expectativas de los padres que no sé si podré lidiar con ello.

Muchos días quedo super feliz después del trabajo, pero cuando se aparecen los directores, los jefes de UTP, los jodidos apoderados, es cuando todo el mundo se cae. Lo otro es que aunque al final del día quedo feliz, es porque en realidad soy incapaz de enojarme ya. Es muy raro. Por más que rabee con los niños para hacerlos callar, no puedo enojarme realmente. Y sé que debería preferirlo, porque de hecho lo de enojarme fue algo que me puse como meta meses atrás, pero ahora que lo logré no siento nada, y eso está ocasionando que no pueda escribir una sola línea de narrativa.

Además, dudo que esa "felicidad" posterior al trabajo sea siquiera real. Debe ser que me he sentido miserable por tantos años (desde el 2009), que un momento de absoluta... neutralidad me sabe a felicidad.

Eso suena más miserable todavía, porque entonces ya no recuerdo lo que es estar feliz. Yo simplemente existo. Estoy existiendo.

Hoy se me ocurrió una frase que resume este asunto del trabajo.

Al tener un trabajo en esta sociedad como cualquier esclavo a sueldo, estoy "Pagando impuestos por Existir".

CON MI TRABAJO, PAGO IMPUESTOS POR MI EXISTENCIA

A cambio, no siento nada. Una gran nada. No puedo enojarme, pero tampoco puedo estar feliz. No siento nada.

¿Será esto lo que siente la mayoría de la gente? La gente es tan desapasionada. Probablemente esto es, neutralidad a tope, sin altos ni bajos excepto cada una década o más.

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