miércoles, 2 de noviembre de 2016

Gente que ve noticias

La gente ve noticias porque sienten que son mejores personas al enterarse de los desastres de otros. Es como cuando un famoso se muere y el espectador que nunca conoció al famoso llora por el famoso. Sé que suena frío, ¿Por qué alguien sentiría pena verdadera por la muerte de una persona que nunca conoció, con la que nunca conversó? Máximo que lloren de felicidad cuando el famoso en cuestión se trata de Pinochet, o de Bush, o de Hillary Clinton...

En Chile se hace eso. No me refiero a lo de llorar por famosillos, sino a lo de ver noticias por montones (tenemos 5 canales de la cadena nacional, y otros del TV Cable, y en los 5 dan noticias a las mismas horas del día). La gente ve noticias para sentirse mejores personas, porque creen que por sufrir por lo ajeno y, más importante, por estar informado del acontecer nacional (que muchas veces no nos afecta para nada si es bueno, pero siempre nos afecta si es malo, porque somos insignificantes pobretones con sueldo de pobretón) somos mejores ciudadanos, mejores personas, gente más inteligente.

Ahora mismo dieron una noticia sobre la gente a la que acallaron sobre los sucesos del desborde del río Mapocho junto al Costanera Center en Providencia, Santiago. Verán, en abril de este año 2016 se desbordó el río Mapocho y fue culpa del MOP, que creo son los que ven las mejoras relacionadas con el Costanera Center, este mall gigantesco que fue construido para probarles a los extranjeros que nosotros también tenemos el falo grande, y muchos locales comerciales aledaños quedaron dañados por las inundaciones. Gente perdió su fuente de ingresos, sus negocios y algunos no se han recuperado hasta ahora. La cosa es que les impusieron una clausula a los de los locales del Costanera Center para que no dijeran nada en contra de la empresita esta a menos que quisieran que los echaran. No podían dar entrevistas, no podían decir nada contra el falo gigante supremo porque sino los dejaban en la calle. Y nosotros sabemos que son capaces de eso, porque aunque son los poderosos de turno del país y no los poderosos del mundo, pueden hacer con nosotros lo que quieren, incluso matarnos (Véase Sólo el pobre va a la cárcel), sin que ellos paguen las consecuencias. De hecho, siempre lo han hecho y siempre lo harán, porque tienen plata y los que administran justicia o tienen gustillo por el dinero o tienen familia, así que también pueden ser amenazados por estos poderosos con que maten a sus familia si no absuelven al hijito de papá de fulanito-señor-poderoso.

Ahora,... por esto es que no veo noticias, ¿ven? Hace meses que he decidido volverme ermitaña de la información, y ayer eliminé Twitter porque como es usual, me están haciendo bullying, esta vez por Internet. Me quedaré sólo con mi Pinterest, el único lugar seguro que me queda y que, aunque tiene sistema de mensajes, nunca leo los mensajes para que la relación que tengo con los usuarios que siga se mantenga en lo estrictamente visual. Lo raro del bullying en Twitter, sí, es que empezó justo después de que me pusiera a hablar pestes de cierto grupito de poderosos del mundo cuya secta o lo que sea empieza con SI y termina con ONISMO.

Conclusión, hoy me he enterado de que el descaro de los poderosiños no tiene límites. Primero, construyen ese falo de cristal con plata que es del pueblo (a los dueños de la hueá los subsidiaron con plata del Estado, a.k.a. del fisco a.k.a. de la gentuza de Chile, nosotros), y segundo, amenazan a la gente con dejarla en calzones si hablan mal de ellos, metiéndoles el clásico y eterno pico en el ojo que nos han metido por décadas sólo por darse el gusto de sentir una erección de placer poderoso al comprobar la influencia que pueden generar sólo mostrando sus fajos de billetes hediondos olor a mano masturbadora (nada en contra de la masturbación).

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