viernes, 13 de enero de 2017

Adultos de mierda y forma extraña dentro de mi seno

Anoche me detecté una leve protuberancia en el seno. Me dije que debería ir al médico, pero esta mañana desperté, vi el sol abrasador, noté la temperatura ambiente post-apocalíptica, me enfrenté a la frialdad de mi madre, vi las noticias un ratito, me acordé de lo jodido que está el mundo en general, y recordé porqué quiero morir.

No soy una suicida, no me malentiendan. Pero si me llegara un cáncer, si tuviera un accidente, no lucharía por vivir en la camilla exactamente.

Eso creo al menos. Espero que si llega la hora luche por, bueno... MORIR . Me asusta cambiar de opinión en la camilla, porque, ya saben, el instinto de supervivencia es una fuerza loca e inmanejable en los seres vivos.

Ah, y estuve de vacaciones por 10 semanas. Nada notable. Buen aire, buen sol, no sentí que me estaba entrando fuego a los pulmones como me sucede en San Felipe por lo menos. Fueron diez días normales, en los cuales, claro, no pude ir a donde quería, porque cuando sales con adultos más adultos que tú, tienes que acatar sus deseos o sino eres una MALA HIJA, MALA PERSONA, MALA TODO.

Obvio, mientras exigían eso a los más jóvenes, los adultos más adultos se dedicaron a puntualizar porque la juventud era una mierda. Super consecuente.

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