sábado, 20 de diciembre de 2014

Easy A

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Easy A es una película que en apariencia puede ser la próxima película sobre adolescentes. Pero no lo es, como lo postula al principio.

Más que cualquier cosa, más que de sexualidad, más que de chicas, más que sobre la secundaria, esta película es una historia acerca de sexismo. Nathaniel Hawthrone es el autor de la "Letra Escarlata", una historia ambientada en el 1850 sobre una mujer que fue castigada injustamente por haber... cometido adulteriom llevando la letra A de "Adulterio" en el pecho. O eso entendí yo.

El profesor que presenta el libro en clase postula subtextualmente que Hester Prynne, la mujer de la historia, fue una víctima. De hecho, la hicieron santa, pero creo que es principalmente por el hecho de que fue inocente.

En los días actuales, sin embargo, la realidad no ha cambiado mucho. Una mujer es juzgada por cosas parecidas, si bien ya no se quema a nadie por adultera. En estos tiempos te ganas seudónimos cuando se conoce que tienes una vida sexual activa, y la protagonista de "Easy A", Olive, si bien no tiene una vida sexual activa y de hecho no ha tenido sexo nunca, es tomada como una p*ta por tener sexo. Por-tener-sexo. Ni siquiera por la sospecha de estar sexualmente activa, sino por el hecho de haber perdido la "V-Card". Nada más. El primer día después de que todo el instituto se entera, vemos a Olive caminando por los pasillos y siendo vista por los hombres como un objetivo, y más que nada, un objeto sexual. Para ellos el hecho de que haya tenido sexo la convierte en un objetivo posible para toooodos ellos. De hecho, Olive, ante el saludo de un chico en el pasillo, responde "Estoy bien, chico con el que nunca he hablado. Pero gracias por preguntar". Antes de convertirse en una p*ta ante los ojos de su secundaria, era un punto invisible en ese mar de caras prejuiciosas. Tuvo sexo y se convirtió en alguien popular.

Suerte que la perspectiva ha cambiado un poco. En la película se muestra esta nueva identidad de mujer-que-ha-tenido-sexo como algo por lo que estar feliz. Al menos al principio. Olive vio esto como positivo, en cierto modo, porque la hizo alguien visible en el isntituto. Y no es nada superficial, si lo analizamos, todos querríamos un poquito de atención y dejar de sentirnos como gusanos todo el tiempo. Pero el problema de esta reputación de p*ta ganada por Olive fue que se convirtió en un objetivo, como dije antes. En alguien disponible para todos.

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Esta reputación empieza a acentuarse una vez que un chico gay del insti le pide a Olive que finja que tuvo sexo con él para que dejen de molestarlo con que es gay. Olive y él van a esta fiesta donde fingen tener sexo salvaje mientras todos escuchan por la ranura de la puerta del dormitorio de la chica que está dando la fiesta.

El tipo sale de la fiesta sale como un rey, por supuesto. Los chicos lo felicitan como un campeón, mientras que Olive sale sola, siendo chequeada por los chicos como un pedazo de carne.

Repite esto con muchos chicos más, que le piden que finja haber tenido sexo con ellos. A cambio, estos le dan dinero o puntos en tarjetas y cosas así.

Todo va bien hasta que casi al final de la película vemos a Olive saliendo con un chico del insti que hace la mascota del colegio. Ella cree que por fin está teniendo una cita romántica con un chico que le gusta, pero todo sale mal luego, cuando él le dice cómo le pagará por el sexo. Olive, habiendo creído lo mejor de él, se da cuenta de a qué punto ha llegado todo esto, y ofendida y dolida, se va del estacionamiento donde está el auto de este tipo.

"Creo que también me odio a mí misma" (x)

Olive se ha vuelto popular, pero también se ha convertido en una chica fácil a los ojos de los demás, y una chica fácil sólo es eso cuando la etiquetan como eso. Después de que su seudónimo es ese, no hay posibilidad de que alguien la tome en serio, de que alguien la considere para una relación seria. Se convierte en un objetivo, en alguien que tiene, de hecho, el deber de prestar el servicio para el que es buena. Una chica que habiendo hecho pública su vida sexual, tiene el deber de prestar su cuerpo para quien lo solicite, como si fuera su obligación hacerlo.

De hecho, cuando la mejor amiga de Olive se "entera" de que estuvo con este chico gay, que esta amiga sabe que es gay, la llama "zorra cochina". Ha tenido sexo dos veces. DOS VECES A LOS OJOS DE ESTA TIPA, y ya la está llamando zorra.

Un hombre ha tenido sexo dos veces, y lo consideran penoso. Sí señores, penoso. Pero Olive, esta chica, una más de las millones de mujeres que han sido juzgadas por tener sexo y disfrutar del sexo, lo hace dos veces y ya es considerada una zorra a los ojos del... MUNDO.

Y Olive se empieza a vestir como una zorra como una especie de dessquite, si bien sus atuendos a mí me parecen de lo más bknes.

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Toda chica debiera tener derecho a vestirse de esta forma sin ser considerada una zorra. Toda chica debería poder andar en topless en la playa sin ser considerada suelta. Y lo peor de todo es que esta sociedad condena y culpa a las mujeres si abusan de ellas estando en atuendos como este. "Estaban pidiendo que les hicieran algo".

Tribu de África donde no se sexualizan los pechos = PARAÍSO

Una mujer no tiene derecho en una sociedad como esta a tener una sexualidad activa y constante conocida por el público. No tiene derecho a hablar de sexo, de hecho. Yo lo he hecho y he sido automáticamente considerada una perra disponible por ello. Y lo de disponible no es lo grave. De hecho, no es nada malo. El problema es cuando los hombres empiezan a culparte y llamarte hipócrita y calientapollas, calientasopas, etc., si no les das lo que quieren, lo que te exigen, lo que tenemos obligación de dar sólo por tener vidas sexualmente activas, sólo por tener vagina, sólo por hablar abiertamente de sexo.

¡POR LA MIERDA YO PERDÍ UN AMIGO SÓLO POR DECIRLE QUE NO CUANDO LO PIDIÓ!

Olive le hizo el favor a muchos chicos de mentir sobre haber tenido sexo con ellos sólo para mejorar sus reputaciones. La reputación de un hombre mejora si ha tenido sexo, pero Olive se convirtió en alguien "abierta para el negocio" (textual desde la película) a ojos de los demás. Y siguió con la mentira por un tiempo. Y estos hombres, cuya única motivación era que otros supieran que habían tenido sexo, se convirtieron en héroes. Y es algo triste, porque la sociedad nos vende una imagen de los hombres: la de maniacos sexuales, pero que son así porque son hombres. Y no es así.

Si esta película es fiel en reflejar la realidad, entonces nos estaríamos enfrentando a una sociedad con hombres a los que les importa más que los demás piensen que no son vírgenes que perder la virginidad de verdad. Quizá estoy fantaseando, quizá estoy creyendo esto porque me parecería sumamente comprensible y haría ver a los hombres como personas con compasión en vez de maniacos sexuales, y no lo son de hecho, pero creo que esto podría acercarse mucho a la realidad. Estamos en una sociedad donde se felicita a los hombres por llevar a cabo algo tan mundano como encamarse, algo que debería ser considerado una actividad común y corriente, una sociedad donde condenamos a las mujeres por el mismo acto. Y ninguno de los dos, estoy segura, está tan desesperado como los mass media muestran, de perder la virginidad, que es un mito de todos modos.

Creo que todos queremos que nuestra primera vez sea asombrosa, pero que no esperamos por el bien de complacer a esta sociedad tan exigente y sexista, una sociedad que lamentablemente todos ayudamos a construir.


Si les cabe duda, les digo que vean esta película, dice mucho más de lo que aparenta, y creo que necesitamos más pelis como esta, donde se trate el tema de la sexualidad femenina como algo que debiera considerarse común y corriente en vez de algo que las condene.




PD: Adoro que cada semana, los padres de Olive hayan establecido como costumbre ver una película todos juntos, y que sean tan abiertos de mente, y que no le hayan preguntado porque se anda vistiendo como stripper y que hayan adoptado a un niño de raza negra.
Creo que la razón por la que Olive es tan sí misma y pasa los fines de semana haciendo weas como cantando en la ducha y pintándole las uñas a su perro -esto se muestra al principio de la peli, cuando todo el lío sobre ella siendo una zorra aún no ha empezado- , es que sus padres no le andan diciendo todo el día que el sexo es malo, que esto otro es malo, que no debe ir a estos lugares y a estos otros lugares. O que debe vestirse de esta manera y de esta otra. Mientras menos te presionan, menos libertino eres. Los adolescentes se portan mal por la necesidad de rebelarse.



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lunes, 15 de diciembre de 2014

Recomendación de Fanfics/Fanfiction's Recommendation

something to talk about (6180 words) by tarantism, thominewt
Chapters: 1/?
Fandom: The Maze Runner Series - James Dashner, The Maze Runner (2014), The Maze Runner Series - All Media Types
Rating: Not Rated
Warnings: Creator Chose Not To Use Archive Warnings
Relationships: Newt/Thomas (Maze Runner)
Characters: Newt (Maze Runner), Thomas (Maze Runner), Minho (Maze Runner), Teresa Agnes, Brenda (Maze Runner)
Additional Tags: Faking It AU, newt is amy, thomas is karma, Alternate Universe - Modern Setting, Friends to Lovers, but not really, Angst and Humor
Summary:
After numerous failed attempts to become popular, Thomas and Newt are mistakenly outed as a gay couple, which launches them to instant celebrity status. Seduced by their newfound fame, Thomas and Newt decide to fake their relationship to win homecoming kings.
But things become more complicated than they first seem.


Trailer del Fanfic


something to talk about - trailer from charlie castro on Vimeo.



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sábado, 13 de diciembre de 2014

LOVE IS BLINDNESS - Capítulo 7

Capítulo 7:
"Mi amor sin antifaz"


Sherlock

Sentía como si tuviera arena en la boca. La cerveza salía del barril del bar como un manantial de la boca de una roca, y yo no podía cogerla. Oficialmente estaba sin moneda alguna.

La llamada a Mycroft me había arrebatado la última moneda que había podido conseguir, y tenía pesadillas imaginando qué habría pasado si no hubiese podido llamarle. Era gracioso como ciertos personajes en mi vida habían cambiado en los momentos de necesidad. Mycroft era una constante en mi vida, sí, pero nunca pensé que sería alguien vital.

Me toqué el cabello por debajo de la tela del turbante improvisado, y lo noté mojado por el sudor. Me levanté de la silla del bar, tras vaciar el vaso de agua conseguido mediante favores -aún era bueno en ello al parecer- y me dirigí a los baños públicos. Estaba muy sucio, y en el camino recibí las miradas desconfiadas de algunos habitantes.

Estaba en Madaba, la Ciudad de los Mosaicos, y no me había sorprendido el grado de ensimismamiento en el que me había sumergido al encontrar aquellas paredes cubiertas de trozos de piedra pintada. El detalle y los colores eran alucinantes, y sin hablar una sola palabra de árabe, había logrado abrirme paso para conocer el origen de aquellas obras de arte antiguo. Nunca me sentí tan cautivado por piezas de arte desde las tazas cuidadas por Soo Lin Yao, protegidas del paso del tiempo a través del uso. Una especie de ironía. Supongo que lo antiguo me cautivaba, aunque no le encontraba la lógica al porqué. No entendía la funcionalidad de piezas que habían sido hechas siglos atrás, como la unión de dos viejos que sobrevive al tiempo, pero desgastados por la falta de pasión.

Mis padres habían pasado por eso. Era como una etapa intrínseca, innata al paso de los años sobre una relación que había comenzado desde hace décadas. Pero la incongruencia comenzaba cuando yo empezaba a desdeñar esa realidad, como un Peter Pan que rechaza la adultez. Pero lo cierto es que la adultez desdeñada de Peter Pan muy probablemente había sido el auto consuelo frente a una muerte prematura. Nunca Jamás nunca había sido un lugar de sueño, sino un lugar para niños que habían muerto tempranamente. Dudo que Wendy y sus hermanos hayan vuelto alguna vez con sus padres, aunque su salto por la ventana no tiene explicación.

En algún modo yo había saltado por una ventana, persiguiendo el sueño de ver finalmente a John a salvo. Había estado en peligro desde el momento en que puse un dedo sobre él, ese día cuando nos estrechamos manos fuera del 221B de Baker Street. Recuerdo haber estado tan preocupado de agradarle, como un niño que busca la aprobación de sus padres. Pero había dejado de ver a John de un modo inocente desde hace mucho, si bien no identificaba el momento exacto en que había empezado a desearlo.

No sé cómo me las arreglé para escapar de los baños inmune. Luego de bañarme un poco, corrí fuera del recinto lleno de azulejos hacia la calle desbaratada por el tráfico. Había humo en todas partes, calentando aún más si era posible el aire, pero fui a parar hasta una plaza esperando que Mycroft respondiera a mi llamado. Volví al bar de antes a eso de las seis de la tarde, según lo que el sol me anunciaba. El favor por atrapar al ladronzuelo en la mañana me había prometido un favor a cambio. El dueño tenía un cuarto al fondo del local. Me lo ofreció con señas, luego de explicarle yo del mismo modo que no tenía donde dormir. Espero no haber malentendido las señales.

Hay un velo delante de mi ojos, dificultando mi visión. No siento que haya llegado al final de ninguna de mis deducciones, y estas han dejado de ser inconcientes e involuntarias. Me di cuenta de la inconciencia de algunas de ellas, en el sentido de que llegan sin ser llamadas, como cuando finalmente deduje, a partir de todas las señales dejadas como migas en un camino, que Mary estaba embarazada. Dios bendiga ese hijo, a pesar de que no creo en lo absoluto en Él. Hamish ha sido la única cosa que he hallado hermosa desde la primera mirada. Es como si hubiera estado destinado a conocerlo, muy diferente de lo ocurrido con John, por quien el afecto creció, como un pino que al llegar hasta lo alto no muere nunca más. Aunque a veces creía que su altura no había llegado hasta toda su capacidad. Aún le faltaba por madurar, dar fruto, dar belleza, placer y todo lo que una nueva vida conllevaba. El placer de sentir el aire contra tu piel. Labios contra los tuyos...

Dios mío, me había convertido en un cursi. Había pasado de ser alguien lógico a ser freak de la metaforización de todas las cosas, si esa palabra existe. Todo parecía tener un equivalente a las sensaciones recogidas durante esa noche inolvidable. Y es que nunca pensé que el placer de un caso resuelto podría tener un igual. Un igual que no tenía nada que ver con las deducciones, con la mente de hecho, al menos no en su mayor parte. John había revolucionado mis sentidos, y sólo lo había experimentado en plenitud al besarle yo mismo, en el recibidor del 221B. Había sido allí, no antes, que había experimentado esa sensación de entrega absoluta, en que nada más llega a importar. ¿Era en verdad la vida tan simple y yo no lo había descubierto hasta ahora? Continuaría resolviendo casos, crímenes, misterios, incluso aquellos domésticos que por encima parecía triviales, pero John siempre sería el igual, el equivalente a todas esas experiencias, como el otro lado de mi moneda favorita, una moneda japonesa antigua, con el cuadrado en el centro. Pensar en cuadrado... Lo había hecho por años. Pero nunca había pensado al modo de los amantes.

-¿Tienes problemas despertando? -preguntó la voz de una mujer con acento extraño.

Era una joven. La había visto ayer en el bar. Escribía en un rincón de este muy rápidamente en un computador, con un bebé en un kanguro delante suyo. Este la hacía encorvarse hacia adelante, y recuerdo verla escribiendo a toda velocidad a pesar de la incomodidad que le suponía llevar un bebé sobre su torso. Además me pareció arriesgado de su parte sacar un aparato así hasta que comprendí que Madaba después de todo no era un lugar tan alejado de la civilización. Aún tenía prejuicios estúpidos sobre algunos lugares del mundo, y Jordania era uno de ellos.

-¿Disculpa? -pregunté, molesto. Estaba teniendo un sueño estupendo. John descubría un texto encriptado en su blog, dejado por algún hacker. Me gustaban los textos encriptados, aunque me asustaban un poco. No había tenido experiencias perfectas con respecto de ellos...

La joven tenía el cabello corto como un chico, pero sin el bebé colgando de ella, se veía pequeña y delgada, como un hada. Pequeña y de cabello corto... Me recordó a John intensamente, especialmente por sus ojos expresivos. Vaya que me mataba la nostalgia...

-Saladin dice que es hora de despertar. Son las doce de la mañana y necesitaba ocupar este cuarto con mercadería. Dice que lo siente -dijo con una voz suave pero firme.

-OK...

Me levanté, molesto. Ella me dio la espalda tras poner cara de espanto.

-Lo siento -dijo, con voz extraña.

Fruncí el ceño. Me miré a mí mismo: había dormido con una sudadera y calzoncillos, y tenía un calor horrible. La habitación parecía absorber todo el calor del exterior.

-Lo siento. Aún no me acostumbro -dijo- . Saldré. Saladin te espera afuera.

-Está bien. ¿Cuál es tu nombre, disculpa? -le pregunté.

Me puse la camisa de lino.

-¿Por qué?

-Necesito distracción y me vendría bien una visita turística.

La joven se volteó hacia mí, ignorando por completo su aparente necesidad de no verme en calzoncillos.

-¿Cómo supiste que era guía turística?

-Pareces viajar mucho, tienes bronceados los brazos pero no el rostro, ayer te vi y tenías un jockie al lado, bastante informal si eres una turista por ti misma. Parecías muy ocupada en tu computador y no dejabas de recitar lugares para visitar en Madaba, pero no te veías lo bastante... relajada para querer visitarlos por gusto. De hecho parecía hastiada, como un francés que ha pasado muchas veces frente a la Torre Eiffel y su amigo extranjero quiere visitarla porque le parece... fascinante. El otro detalle son las gafas de sol. Las traes contigo pero no pareces usarlas mucho, y tu bebé tenía un sombrero más ancho, señal de que pasas mucho tiempo en el exterior con él. No parece muy difícil de suponer. Y el cabello corto, por supuesto.

-¿Qué tiene mi cabello corto? -preguntó ella.

La miré con atención: parecía a la defensiva, pero también curiosa. Me miraba como si fuera una buena telenovela, y no era en absoluto porque me estuviera colocando los pantalones.

-Lo usas así para andar cómoda y fresca. Es un estereotipo de la mujer ocupada. Las guías turísticas andan muy ocupadas por estas latitudes.

-¿Lo deduciste incluso teniendo un bebé a cuestas?

-No vi que hubiera incompatibilidad entre ambos cargos.

-¿Cargos? -dijo, con expresión de incredulidad. No obstante, sonrió. Cargo de madre y cargo de guía turística. Los habían puesto al mismo nivel y ella no se había enojado en lo absoluto- Y supongo que también fue por el idioma.

-En lo absoluto. No te oí hablar en inglés mientras estabas tecleando tna rápidamente.

-Pero sí hable.

-Lo hiciste en tu lengua materna.

Ella asintió.

-¿Sabes hebreo?

-Algunas palabras -dije- . Me agradan las lenguas semíticas, especialmente porque muchas de ellas están...

-... extintas.

Chasqueó la lengua. Yo terminé de abrocharme los pantalones.

-Valoras más lo antiguo que lo nuevo. Qué esnob eres.

La miré contrariado. ¿Esnob? Se fue del cuartito de un santiamén. Sin embargo, una extraña sonrisa adornada su cara.

Cuando salí de allí con tela del turbante colgando de mi hombro, la vi en una mesa cercana a la ventana. No había nadie en el bar a esa hora. Me mojé la cara con el agua de una botella de la barra, notando extrañado que no había nadie tras ella.

El bebé estaba en la mesa, agarrado con el kanguro del respaldo, y el computador estaba encendido. Era en extremo confiada. Luego noté que las puertas del bar estaban cerradas.

-¿Puedo hacer algo por ti? -me preguntó cuando me acerqué a su mesa.

-No soy un esnob.

-Claro que lo eres -dijo ella, sacando un grano de uva de un cuenco de plástico, mientras tecleaba en el computador- . Brillante pero esnob. ¿Eres de la CIA o algo así?

-Creí que podrías identificar acentos siendo una guía turística.

-Oh... Entonces eres inglés -dijo, haciéndose la sorprendida- . ¿Qué haces por aquí?

-No tengo permitido entrar a mi país.

-Uou, un prófugo de la justicia. ¿Tienes un tatuaje?

-¿No?

No entendí su pregunta tan repentina. Ella no dio explicaciones al respecto.

-¿Me permitirías usar tu computadora? -le pregunté.

-Claro. Si puedes entender las teclas.

Me cedió su computadora, en la cual me encontré con... el blog de John abierto en uno de los últimos casos. ¿Habría dado con él ahora o...?

Esa sorpresa quedó ahogada por la vista de las teclas bajo mis dedos: tenían letras en hebreo. Vaya.

-Ahm... no creí que existieran...

-Por supuesto que existen. ¿En qué computadores crees que escriben los rusos, en unos con letras occidentales? Eres brillante pero ignorante sobre ciertas cosas.

-Ahá.

Miré su rostro, en busca de alguna señal de burla. A su lado el bebé echó una risita. No obstante, la joven, cuyo nombre aún no sabía, daba toda clase de señales excepto la de burla. Más bien actuaba sarcástica en un buen sentido. No intentaba rebajarme, sino enaltecerse. No parecía una joven que se rindiera fácilmente, pero mostraba un humilde interés por mí, no el de una mujer hacia un hombre, sino el de un estudiante a un seminarista. OK, no era un buen ejemplo, muchos seminaristas eran el aburrimiento en persona. Más bien actuaba como un televidente ante un programa de animales increíbles. Sí, esa era la actitud, y no me ofendió como esperaba, y entendí el porqué: así era como actuaba John ante esos casos, aunque al revés: él era el cachorro y yo un ser humano haciendo malabares de fuego.

-¿Cómo llegaste hasta este blog?

-Le dijiste tu nombre a Saladin ayer, ¿lo recuerdas?

-No creí que lo captara.

-Él lo estaba pronunciando mal, pero di con el fonema correcto con un programa que tengo. No sabía que el nombre Sherlock existía, y por un rato creí que era “Shylock”.

Asentí, interesado.

-Debo poder comunicarme con mis clientes -añadió- , así que he tenido que aprender muchos idiomas.

-¿Cuántos idiomas sabes?

-Unos diez. Algunos no cuentan mucho porque... sinceramente se parecen entre ellos. El español y el catalán los aprendí al mismo tiempo, aunque prefiero el catalán, quizá porque es menos hablado. Y el finlandés aún no lo he afinado muy bien.

-Ya veo -dije, sorprendido. Debía tener un cerebro fascinante. Moriarty querría desencriptarla. No obstante, no era una persona observadora, simplemente tenía esa capacidad que tienen los niños de aprender sorprendentemente rápido, o de aprender de hecho, aprender cualquier cosa y llegar hasta el final sin sudar tanto.

-¿Tú hablas muchos idiomas?

-No tantos como quisiera. Francés, árabe, un poco de chino mandarín y... galés.

Siempre olvidaba el galés, quizá por su similitud con el inglés. Ahora, volviendo al blog de John...

-Entonces sabes quien soy -pregunté.

-Más o menos. Sólo sé algunas cosas por lo que cuenta este Doctor John Watson. ¿Es un admirador tuyo?

-No has leído suficiente supongo -le dije, sonriendo con amargura- . Ve a las primeras publicaciones.

Ella dio vuelta el computador hacia sí. Mientras tecleaba, mucho más rápido que John aunque más lentamente que yo, miré a su bebé en la silla. El kanguro se sotenía del respaldo, pero su trasero llegaba a topar la almohadilla. Andaba sólo con calcecites y su cabello era castaño como el de su madre. Recordé a Hamish y su cabello rubio, herencia de ambos de sus padres. No obstante, tenía más al dorado de Mary que al ceniza de John, aunque la textura era casi la misma.

Sentí un nudo en la garganta de inmediato y al recordar la textura del cabello de John, recordé la sensación de sus dedos en mi propio cabello. El recuerdo de la sensación seguía allí, pero Moriarty me había cortado el pelo haciéndome ver muy diferente de cómo había lucido por años, y no me agradaba. Si volvía a ver a John quería lucir como siempre.

El bebé me devolvió la mirada y yo le sonreí tratando de sacarle una sonrisa a él. Este no se hizo esperar, mientras se mordía los dedos con sus encías casi vacías. Debía tener unos nueve meses, pues contaba con dos dientes por lo que podía ver. Parecía fascinado con ellos, mordiendo todo lo que sus manos cogieran, o sus manos de hecho. Recordaba la molestia de Hamish al sentir su primer diente salir. No le había gustado para nada, pero a la salida del segundo parecía haber empezado a ver su utilidad por instinto. Era un proceso graciosísimo el ver a un bebé crecer. Todas sus expresiones parecían estar enmarcadas en una atmósfera de enternecimiento por parte de los adultos sin duda provocada por las hormonas que expelían. Era un medio de manipulación que hacía que todos los amásemos, con la oxitocina que actuaba como un escudo en contra de los malhechores. La naturaleza era sabia en efecto.

-Tu amigo es padre, ¿no? Pero no menciona el nombre de su bebé en su blog -comentó la joven.

-No. Es su segundo nombre y no le agrada -dije con voz queda. El bebé me había mantenido la mirada, y se reía cada tanto.

-¿Por qué le pondría un nombre que no le agrada a su bebé?

-Mary lo decidió.

-Oh. Ya veo. No habla mucho de ella. Eres tú por todos los rincones. Por un momento creí que eran algo más. No es común que un hombre diga que encuentra encantador a otro. Es... lindo.

Por fin me volteé a mirarla. Sonreía radiante, mirándome con curiosidad, como si esperara alguna explicación.

-Las cosas no salieron como debieron, supongo -susurré.

La expresión de la joven se entristeció. Bajé la mirada, avergonzado, y me sentí que mis sentimientos se desnudaban, allí ante una extraña.

-Haneen -dijo de pronto.

Extendió la mano hacia mí. Le sonreí. Sentí que mi expresión estaba muy ablandada. Me había agradado naturalmente, Haneen, a pesar de mis pasadas experiencias con extraños. Quizá la sensación de que se parecía a John no era tan equivocada. Haneen era el tipo de persona que no juzgaba.

-Sherlock -le dije, estrechando su mano.

Ella rió. No entendí porqué.

-Creo que tu John Watson viene en camino, Sherlock -me dijo.

Fruncí el ceño. Haneen volteó la laptop, mostrándome la última de las entradas de John en el blog.

Lo decía allí, y la entrada había colapsado de comentarios, más que ninguna otra. “No te muevas de allí, Sherlock. Voy por ti.”







John


Me cambié de ropa sobre el avión. El calor era impresionante. No había experimentado algo parecido desde los noventas, cuando Londres tuvo uno de sus veranos más insoportables. Por aquel entonces Sherlock debió ser apenas un adolescente. Pensé en ello mientras bajaba del avión tras Lestrade, quien con sus gafas de sol nuevas parecía estar disfrutando de lo lindo. Me di cuenta de que no había visto fotos de Sherlock de joven, y quise darme un puñetazo en la cara.

-Me conmueve que hayas querido venir, dejando a tu hijo con la Agente Donovan -dijo con cierta cizaña.

-Con Anderson -le corregí, molesto. El sol me hacía fruncir el ceño. Era como si mis pupilas no atinaran a empequeñecerse- . No quiero deberle favores a la Agente Donovan. Nunca me ha agradado.

-Por supuesto que no. A ella no le agrada Sherlock.

Lo miré de reojo.

-Es conmovedor, porque la Agente Donovan te respeta profundamente, al contrario de lo que tú sientes hacia ella. Ha sido así desde la muerte falsa de Sherlock. Te admira por soportar a tamaño idiota.

No quise corregirle. Sherlock sí que era un idiota algunas veces, pero no era su culpa. Simplemente era más sincero que los demás. Todos fingían, él no.

-Y yo me sorprendo de mí mismo -dije, mirando hacia la sala de espera del aeropuerto, que se asomaba tras unos libros de vidrio irrompible. Había visto la señal de irrompible en una de las esquinas. Podía ver el símbolo casi universal que lo indicaba, aunque supuse que sólo alguien que ha estado en la guerra lo notaría. O alguien que ha caminado lado a lado con Sherlock, el maestro de la observación.

-¿Dónde dijo Mycroft que estaría? -preguntó Lestrade.

-No dio detalles. Simplemente dijo “Está en Madaba”. No son muchas indicaciones, pero... será fácil encontrarlo si sabemos los lugares a los que Sherlock es asiduo.

-Restaurantes, ¿no? -me preguntó Lestrade.

-Si tú lo dices.

-No, si tú lo dices. Lo conoces mejor que yo.

Sonreí ante esa observación. Probablemente era cierto, aunque no me explicaba cómo es que Lestrade no había aprendido mucho más de Sherlock durante tantos años de afiliación. Según sabía, Sherlock estaba unido a Scotland Yard como detective consultor al menos desde después de salir de la Universidad. Lo malo era que no sabía a qué edad había salido de la Universidad. Sherlock no era alguien que tardase mucho en sacar un título, y menos uno de Químico. No obstante, Sherlock había visto la carrera como un apoyo a su pasatiempo de detective, o “deductor” como solía llamarlo en mi mente algunas veces. No era el típico detective. Sherlock, según sabía, nunca había ejercido en el campo laboral exclusivo para los licenciados en química.

Dios, lo cierto era que no sabía mucho sobre Sherlock. Era patético.

-Él conocía cada restaurante cercano a escenas del crimen cuando te llevó a tu despedida de soltero, ¿no? -dijo Lestrade, sonriendo ante ese recuerdo, mientras caminabamos hacia la salida con nuestras maletas de ruedas detrás.

-Sí, pero Sherlock no come muy a menudo, ¿entonces donde se quedaría? Por otro lado, estuvo dispuesto a quedarse como okupa en una casa abandonada consumiendo cocaina. Creo que eso puede darnos una pista.

-¿Qué pista?

-De que puede quedarse en cualquier rincón oscuro y sucio. Es capaz de eso. “El cuerpo sólo es transporte”, él decía.

-¿”El cuerpo sólo es transporte”? Qué diablos... A todos nos gusta comer. Especialmente si no se tiene un euro. Cualquier oportunidad para comer se aprovecha en tales circunstancias.

Me volteé a mirarlo, pasmado.

-Eso es -dije.

-¿Qué? -preguntó.

No lo veía siendo que lo había dicho. Pude ver cierta ansia en su expresión por creer haber dado con una solución, una solución que ni siquiera veía. Lestrade era un caso. Comencé a sentirme como Sherlock, exasperado ante la incapacidad de otros de deducir.

-Me refiero a que -comencé a decir. Lestrade miró la calle en busca de un taxi- debe haber un sector de Madaba lleno de restaurantes. Hay contenedores de basura y Sherlock podría estar aprovechando lo que tiran para alimentarse.

-Eso es asqueroso. ¿Crees que comería restos en verdad?

-Bueno, no... O quizá hace favores a los dueños, como hizo en el caso de Ángelo -Eso sonaba mucho más verosímil.

-Pero cómo le decimos al chofer del taxi que nos lleve a un lugar lleno de restaurantes. No sabe árabe.

-Quizá está en un sector de restaurantes para turistas -proseguí.

-¿Me has escuchado?

-Espera, estoy tratando de pensar, Greg...

-El taxista nos espera -dijo Lestrade, indicando el auto.

Había parado uno junto a la verda, justo delante de nosotros.

-Oh. OK.

Subimos al auto rápido.

El aeropuerto estaba bastante lejos de la zona habitada, por lo que nos demoramos más de veinte minutos en llegar. Desde la entrada a la ciudad, más o menos determinada por la aparición de tiendas de repartición de productos al por mayor, vimos un avión partir. Sólo entonces me di cuenta de cuan lejos estaba de casa. De Hamish. Una vez más Sherlock me estaba enfrentando a una travesía, y temía no llegar a acabarla nunca.

Estuvimos bastante callados en el taxi, luego de que Lestrade le explicara al taxista donde queríamos ir. La palabra Restaurant era bastante universal y llegaba incluso hasta esos lares, y el hombre entendió cual era nuestro destino en cuanto la oyó pronunciar.

-¿Habrá algún italiano por aquí? -dije.

-¿Crees que haya tenido preferencia por un restaurante italiano? De todos modos, si es pidiendo comida en alguno de ellos, ¿Dónde dormiría? ¿En el restaurante?

-¿En algún albergue?

-Pero no hay albergues por aquí. Esta calle parece ser bastante turística. Los edificios son de piedra, por amor de dios.

-Creo que es así en cada rincón de Madaba, Greg. No deberíamos entrar a discutir eso.

-Supongo -dijo Lestrade, mirándome fijo.

Había estado mirándome de manera sospechosa desde que subiéramos al avión en Londres, como si quisiera preguntarme algo.

-Mycroft no me explicó a qué había venido Sherlock a Jordania. Sólo me dijo que estaba acusado de asesinato múltiple en la antigua Transjordania, en la parte sur que ahora pertenece a Inglaterra, y por eso no le era posible volver a Londres.

-No creo que Sherlock haya...

-Yo tampoco, pero un asesinato múltiple ya es un número mayor y quieren proclamar el crimen como genocidio, lo cual lo convierte en un criminal internacional.

-¿Pero a quienes mató supuestamente? ¿Civiles?

-Forajidos.

Debían ser los secuaces de Moriarty. Moriarty debía buscar a gente comprometida legalmente, para así deshacerse de ellos cuando fuera conveniente. Pero al parecer Lestrade no tenía idea sobre Moriarty dentro de toda aquella historia. Por alguna razón extraña, Mycroft no le había explicado nada de eso.

-Sinceramente, ¿Por qué Sherlock vino a meterse a un lugar así?

-Ya lo sabrás. Probablemente Sherlock mismo se encargue de explicártelo -dije. No dudaba de los intentos próximos de Sherlock de alardear sobre su nuevo contacto con Moriarty. Eran el espejo el uno del otro, eran el gemelo maldito del otro. Uno de ellos el diablo y el otro... “No conviertas a la gente en héroes, John. Los héroes no existen, y si lo hicieran yo no sería uno de ellos”, Sherlock me había dicho una vez, lo recordaba como si fuera el día de ayer, especialmente porque creía sinceramente que tenía razón.

-No creo que lo explique. Y no tiene paciencia para eso, ya ves que le gusta dejar las cosas tras un velo de misterio. No gusta de revelar cómo deduce las cosas.

-Supongo que Sherlock no tiene alma de pedagogo. Pero cuando me explica sus deducciones, hace parecer su trabajo mucho más sencillo y uno se pregunta “¿Cómo es que no lo vi? Estaba frente a mis ojos”.

-Y te deja como un estúpido. Sí, todos nos sentimos como estúpidos alrededor suyo, pero al menos a ti te explica las cosas. Debe ser por tu costumbre de alabarle.

Le miré de reojo, molesto. Pero no lo había dicho en miras de ofenderme, ya que llegó a lucir enternecido por ello.

-Sí, bueno..., estuve en la guerra. Uno allí se convierte en algo muy cercano a un lamebotas.

-No lo creo. Creo que es porque reconoces cuando algo te maravilla, y tú mismo lo dijiste en tu blog: le hayaste cierto encanto a Sherlock.

-Hm, no lo expuse de esa manera.

-Oh, sí lo hiciste. Donovan lo comentó por días. Fue entonces que comenzó a admirar tu paciencia. Sherlock nos trata a todos como estúpidos, incluído a ti en los primeros casos resueltos juntos. Lo recuerdo bien. Pero aún así tú le elogiabas. Yo no lo habría hecho, sinceramente. Nunca entendí tu afán por apuntar sus logros, como... un padre que felicita a un niño por un dibujo.

-Sherlock no necesita estimulantes para deducir. No necesita que alguien esté apuntando sus logros todo el tiempo.

-Oh, no lo creo tan así. Todos necesitamos algunos empujones para continuar haciendo nuestro trabajo, John, y Sherlock nunca fue muy asiduo a permitir que alguien le acompañase en sus casos. Siempre trabajó solo, hasta que tú llegaste.

Tragué. No podía negar que siempre me pareció extraordinario el que me admitiera en su vida como detective. Sherlock era uno de esos hombres que no admitían fácilmente a nadie.

-No es alguien que reconozca que le importan las personas, ¿sabes? -continuó Lestrade. Aún caminábamos junto a los restaurantes, con nuestros bolsos de ruedas. La calle estaba abarrotada y ya nos habíamos topado con franceses y chinos desde nuestra salida del taxi- , al menos no directamente. Tardó mucho en reconocerme el porqué del show que había armado de su suicidio. ¿Cuándo te lo dijo a ti?

Fruncí el ceño, sin entender.

-Ahm... En cuanto nos encontramos, sólo porque yo se lo exigí. Me dijo que lo había dicho para desbaratar la organización de Moriarty. Una cosa es que no lo haya logrado.

(Kanes: http://youtu.be/4eb5A_TCkDs)

Lestrade se detuvo junto a un bar, y yo le imité. Tenía vidrieras y lucía un tanto más occidental que los otros. Un hombre estaba reponiendo un vidrio de la puerta de entrada.

-¿No te lo dijo todo? -preguntó Greg.

-Era todo, ¿o no?

-No. Por supuesto que no -dijo, auténticamente horrorizado.

¿Por qué trataba el tema con tanta gravedad? Ya había quedado en el pasado. Aunque por culpa de su suicidio falso Sherlock había perdido algo de mi confianza para siempre. Era valioso para mí y le quería, pero la confianza seguía afectada, y aún no había podido arreglarlo por mí mismo. No confiaba en Sherlock porque él no confiaba en mí.

-Entonces no lo sabes -dijo Lestrade.

-¿Qué no...?

Entonces vi la expresión de Lestrade cambiar por completo. Yo estaba de espaldas a la puerta que estaban arreglando del bar.

Me volteé a ver. El hombre que estaba reponiendo el vidrio estaba siendo ayudado por otro de pelo corto y negro. El primero no parecía tener mucho oficio en ello, o la razón era que a sus lentes para ver de cerca tenían un vidrio perdido. Hablando de vidrios... El hombre de cabello negro y corto era Sherlock. Le estaba ayudando a poner la pieza de vidrio en su lugar y rápido, antes de que el pegamento se secara.

-Favores -dijo Lestrade. Rió brevemente- . Siempre hace lo que le conviene. Astuto.

No obstante, lucía muy diferente. Llevaba una túnica de lino a la manera de los hombres de Jordania, que lo hacía parecer que estaba en ropas de dormir. Había visto a otro hombres en la calle con esas ropas, pero en Sherlock se veían extrañas.

-¡Sherlock! -lo llamó Greg así sin más.

Yo estaba sumido en el nerviosismo. Me arreglé un poco la camisa, que me había sacado del interior de los pantalones para estar más fresco. Nunca había andado tan incómodo en mi vida con mi propia ropa. Hacía un calor terrible allí.

Sherlock alzó la vista de inmediato, y más que sorpresa lo que vimos en su cara fue consternación. Supe de inmediato que no había sido advertido por Mycroft. Lo maldije en mi mente.

-Lestrade -dijo, levantándose. Pidió el permiso al hombre de la puerta para pasar, y salió a la calle en esa extraña túnica. Vi que de su hombro colgaba una tela del mismo color, y sospeché que era para cubrirse la cabeza- , John.

-Hola -dijo Lestrade- . Vinimos a ayudarte a resolver lo de los asesinatos.

-Estoy lejos del sector donde fui acusado. No me alcanzan las leyes de la vieja Transjordania hasta aquí -dijo. Me miraba irregularmente- . ¿Cómo supieron que...?

-Mycroft nos dijo que estabas aquí -le expliqué- . Fue bastante insistente.

-Eso espero. ¿Con quién dejaste a Hamish?

Eso dolió un poco, y abrí la boca brevemente para hablar, pero noté que si lo hacía, la emitiría temblorosa. Sherlock frunció el ceño.

-Lo dejó a cargo de Anderson, no te preocupes -explicó Lestrade, al verme enmudecido- . Tú conociste a sus hermanos una vez.

-Sí, pero eso fue en la Universidad. Ha pasado un tiempo desde eso.

¿Había conocido a Anderson en la Universidad?

-También lo dejó con la Agente Donovan -añadió Greg.

-No puedo creerlo -dijo Sherlock, indignado- . No les durará siquiera tres días, no debieron venir ninguno de los dos. Es una pérdida de tiempo.

Bajé la cabeza, incómodo.

Creí que podría ser firme en frente suyo al momento de encontrarnos. De hecho, esperaba ser un poco pesado incluso. Estaba en mi derecho. Pero ahí estaba, patéticamente encogido porque Sherlock no mostraba ninguna señal de estar feliz de verme.

-Vinimos a resolver tu problema, Sherlock -dijo Lestrade, mirándole de arriba a abajo- . Debieras agradecernos. No veo que estés llevando su resolución muy bien. ¿Qué son esas ropas?

-Son más frescas -dijo Sherlock, ofuscado- . Vuelvan a ese avión. A Londres. Por favor.

-No volveremos -dije con la mayor firmeza posible. Tragué- . No vamos a perder el viaje porque tú creas que cometimos un error. Porque creas que yo cometí un error con Hamish...

-Por supuesto que cometiste un error -dijo Sherlock, dando un paso hacia mí, enojado- . Debiste... -dudó, mirándome muy fijamente- debiste quedarte al menos tú. Con Lestrade era suficiente.

Mi garganta quedó seca, anudada. Me dolió, pero mirarlo a los ojos por tanto fue como volver a ver el sol.





-Moriarty sigue en Jordania y...

-Espera, ¿Moriarty? -dijo Lestrade.

Sherlock dio un suspiro.

-Mycroft debió explicarles aquello como mínimo si iba a enviarlos aquí.

-Entonces ese asesinato múltiple...

-... sucedió. Lo hicieron sus hombres -explicó Sherlock.

Di un suspiro. Necesitaba beber algo de agua.

-¿Sirven algo que no sea cerveza en este sitio? -pregunté, mirando el bar-restaurante.

-No -dijo Sherlock, interponiéndose entre la puerta y yo.

-Estoy seguro de que tienen al menos una llave de agua en el lugar -dije- . ¿Un baño, tal vez?

-No. No sería un negocio próspero sino.

Lestrade rió por lo bajo. Me volteé a mirarlo.

-Supongo que una cerveza lo arreglará -dije.

Pasé por su lado. Shelock me siguió prácticamente pisando mis talones. Hice mi camino hasta la barra del bar restaurante, en ese momento casi vacío, y esperé a que el hombre que atendía apareciera.

-¿Qué ocurre? ¿Por qué tanto misterio? -preguntó Lestrade.

Me senté en una de las sillas altas, y carrespeé. Al fin empezaba a recuperar algo de confianza.

-Tú eres el Doctor John Watson -dijo una joven de pronto, que había venido de una de las mesas.

No tendría más de veinticinco años. Cargaba con un niño en un kanguro a la espalda. Su rostro infantil se asomaba por encima del hombro de ella.

-Sí, soy yo -dije.

Me había pasado eso muchas veces en Londres, pero tan lejos de allí un hecho así era extraordinario. La miré atentamente, notando lo bella que era. Tenía el cabello corto y un aspecto único, con unos ojos grandes y negros y cara redonda. Te miraba con una mirada penetrante, como si uno fuera lo más interesante en todo aquel sitio, y su voz era extraordinariamente segura y femenina.

-He leído todo su blog. Supe de usted hace poco y la verdad es que lo leí completo. Los casos son muy interesantes.

Asentí. Caí en la cuenta. Miré a Sherlock interrogativamente y le vi extrañamente tenso. Se pasó las manos por el pelo sobre la frente, presionando con sus dedos como en un improvisado masaje.

-También sabe quien eres tú, supongo. Ahm... -me dirigí a la joven- gracias por leer el blog. Lamentablemente no he actualizado desde hace un tiempo.

-Sí. Y espero no haya sido un inconveniente: Sherlock me contó mucho de ti. Sólo porque yo insistí en preguntar -aclaró.

-No hay... problema -dije, aunque me inquietó pensar qué cosas había contado sobre mí. Sin duda había hablado sobre Mary. Casi pude leer la lástima en el rostro de la joven.

-Es un alivio -dijo Lestrade, quien miraba a la joven con una atención que rayaba en lo ridículo. No podía ser más obvio. Y era mucho más joven que él, por dios- . Temimos que Sherlock hubiera estado muy solo aquí.

-Oh, no, Sherlock siempre se las arregla. He llegado a conocerle bastante bien en poco tiempo. Se hace querer -dijo, dándole un puñetazo en el hombro.

-¿De verdad? -dijo Lestrade, con los dientes casi apretados. Por suerte no llegó a captar su sarcasmo.

Eran amigos, él y la joven. Era claro, aunque Sherlock seguía tenso por algo. Pero me había agradado, probablemente porque de pronto ya no me sentía tan solo siendo amigo u otra cosa de Sherlock. U otra cosa, en qué estaba pensando. Sólo habíamos compartido... un par de besos. Di un suspiro de pesar. El caso es que por fin a alguien le agradaba Sherlock de buenas a primeras. A mí me había agradado desde casi el primer momento, y parecía que también era el caso de... ¿Su nombre?

-¿Cuál es tu nombre, disculpa? -le pregunté.

-Oh, Haneen -dijo, extendiendo la mano- . Un gusto conocerte.

Me miraba muy fijamente, y cuando nuestras manos hicieron contacto, la vi pestañear. La electricidad era obvia: le gustaba. Miré a Sherlock de reojo, sin poder creerlo. Se había hecho amiga suya, había dicho que Sherlock era fácil de gustar y aún así le gustaba yo en vez de él. Me sentí algo apabullado.

-¿Hace cuanto que se conocieron? -pregunté, para saber más al detalle.

-Serán... ¿Dos semanas? Nos conocimos aquí, luego de que Sherlock atrapara a un ladrón que intentó robar en el restaurante. Fue bastante heroico, corriendo por casi ocho cuadras hasta atraparlo. Nunca había visto a nadie correr tan rápido -relató, añadiendo una risa al final.

Sherlock sonrió en modo de disculpa.

Reí. Sí, Sherlock corría bastante rápido, incluso en los días en que no comía nada, que solían ser dos o tres seguidos cuando estaba en un caso.

-El problema es que a veces dificulta a otros seguirle el ritmo -comenté.

-Lo imagino. Corriendo por todo Londres los dos resolviendo casos... Nunca debieron tener un día aburrido, me imagino.

-Oh, al contrario -dije, ya tomado completamente por la charla. Ella era fácil de agradar también- . Había semanas seguidas en que Sherlock no aceptaba ningún caso. La bandeja de entrada podía estar incendiándose y él no respondía a ninguna petición porque no le parecían lo suficientemente interesantes.

-Y las peticiones eran recibidas por tu blog, ¿no?

-Sí, la otra opción es el blog de Sherlock, pero nadie lo visita -dijo Lestrade.

Sherlock sonrió forzadamente. Haneen le miró fingiendo un puchero.

-Lo he visitado, pero Sherlock eliminó el análisis sobre las cenizas de tabaco. Me hacía ilusión poder leerlo.

-Oh, créeme. Lo leí y te dormías en media hora. Exagera la cantidad de detalles -añadí.

-Sí -dijo la joven.

Dios, era realmente agradable, como... vaya, me avergüenza incluso pensarlo, pero era como hablar con alguien de nuestro cantante favorito, como si fuésemos ambos fans de lo mismo.

-Pero me gusta algo que pone en la página inicial -continuó Haneen- : “Cuando has eliminado lo imposible, lo que queda...

-... por muy improbable que parezca, tiene que ser la verdad” -terminé la frase.

Nos echamos a reír como adolescentes.

-Oh, dios, son unos cursis -dijo Sherlock- . ¿Ahora fundarán “The Empty Hearse 2” o qué?

-Pero debes reconocer que eres bastante poético -dijo la joven.

Sherlock negó con la cabeza con una sonrisa de resignación. De pronto nuestras miradas se cruzaron, y pareció que la sonrisa de Sherlock había llegado a sus ojos, y cuando me di cuenta, yo también estaba haciendo lo mismo. Carrespeé, apartando la mirada de él.

-¿Cómo se llama tu bebé? -le pregunté a Haneen.



-Adnan. Tiene diez meses ya. Sherlock dedujo su edad exacta por sus dientes. Es impresionante.

-Suele hacer eso -dije.

-Y dedujo a qué me dedicaba. Todo. Aunque hay algunos detalles que aún faltan. Se lo dije a Sherlock y él me dijo que su amigo el Doctor John Watson probablemente podría completar el puzzle. Aún espero por ello.

No podría describir cuanto me gustó escuchar eso. No le quité la mirada de encima, especialmente al notar que los ojos de Sherlock estaban clisados en mí. Entonces Lestrade carraspeó al lado mío, y por el rabillo del ojo vi a Sherlock voltear la cabeza hacia otra parte.

-Eras... hasídica, ¿verdad? -dije- ¿Eso es lo que Sherlock no pudo deducir? Hay cosas que no sabe sobre... religión y...

-... astronomía -añadió Lestrade.

Sherlock dio un suspiro de impaciencia.

-Sí, lo noté -dijo Haneen- . Tuve que explicarle que los presos solían hacerse tatuajes.

Sonreí. Todavía me resistí a voltearme hacia él. Sentía las mariposas en el estómago aún.

-¿Y? ¿Di con ello? -preguntó.

-Totalmente.

-¿Cómo dedujiste que era hasídica? -preguntó Greg.

-El cabello.

-El cabello... -susurró Sherlock a mi lado, exasperado. Por fin me volteé hacia él, a tiempo para ver cómo se revolvía el pelo.

-Es cabello sano, como el de una niña -le dije- , te lo has empezado a dejar crecer hace poco. Y vistes de negro aún.

Ella asintió, con una sonrisa leve en el rostro.

-Imagino que te casaste...

-Ahm... No. Por eso renuncié a todo eso. Tuve a Adnan sin estar casada, así que... -Se encogió de hombros. Parecía afectarle aún.

-¿Y cuándo la Luna de Miel, Haneen? -preguntó un chico que salió a la barra. Tenía un acento árabe muy marcado.

Finalmente, alguien que pudiera aliviarme la sed. Tenía la boca seca.

Sin embargo, la pregunta que le hizo a Haneen me quedó dando vueltas en la cabeza.

-Ahm... N-no habrá, ya te lo dije -dijo Haneen, con expresión afectada. Intercambió una mirada significativa con Sherlock, lo cual me terminó de dejar de una pieza. ¿Qué Luna de Miel?

-OK, creo que es hora de llevarte a un hotel -dijo Lestrade a mi amigo- . Imagino que has estado durmiendo en....

-Aquí. He estado durmiendo aquí -dijo Sherlock, rápidamente- . Ahm, Haneen, debo ir con ellos. Dile al señor Saladin que gracias por todo.

-¿Vendrás aquí de nuevo? -dijo Haneen, con mirada extrañada.

-Sí. Sí -le dijo, con una expresión de inusual amabilidad en su rostro- . Es mi bar favorito, ¿recuerdas?

Ella sonrió. Entonces hizo algo que me maravilló un tanto: le lanzó un pequeño beso.

Sherlock expelía un extraño afecto por Haneen, un afecto estrecho por ella y por su bebé, y empezaba a ponerme nervioso el no saber nada acerca de eso. Un mes no era suficiente para construir tal apego, y menos para Sherlock. Esperaba que esta sensación no fuera de celos, menos estando tan enojado con él. No era el momento para pensar en Sherlock de esa manera. Lo correcto era discutir el porqué no me había admitido por segunda vez dentro de sus planes, porqué me había ocultado cosas nuevamente.

-Un gusto conocerlos -nos dijo Haneen a mí y a Greg. Greg tomó su manos con ambas al despedirse. Había quedado flechado y Haneen no podía lucir más incómoda ante el contacto de otro hombre. Podía haber dejado de ser hasídica, pero las costumbres pesaban.

Cuando salimos Sherlock estaba tenso. No le había visto así desde su encuentro con Magnussen, si bien ahora no había desagrado en su cara, por supuesto.

Tomamos un taxi que Sherlock eligió. Una vez dentro el silencio incómodo se cernió sobre nosotros.

-¿Luna de Miel? -preguntó Greg a Sherlock.

-¿Qué con eso? -preguntó Sherlock, mirando por la ventana. Por supuesto Lestrade se había sentado en medio de los dos.

-Soy un poco negado viendo señales en las escenas de crimen, pero soy bueno en las relaciones...

-¿En serio? Mycroft me dijo que no has podido mantener a una pareja nueva por tres años.

-Voy a matarlo -dijo Lestrade- . El caso es que vi que aquel tipo los miraba a ti y a Haneen cuando preguntó por la Luna de Miel. Y por lo que vi, ustedes dos no tienen una relación de pareja. Tú y John crean más tensión sexual que tú y Haneen, por el amor de dios.

Eso me puso rígido, a pesar del tono de broma. Tragué fuerte, evitando a toda costa intercambiar una mirada con Sherlock.

-¿Vas a explicarte o no? -insistió Greg.

-No. Es algo privado -dijo Sherlock.

-Oh, por dios...

-Te lo diré en otro momento. Conozco las objeciones de John respecto de todo tipo de falsedades.

Pum, otro disparo en mi contra. Primero me dice que habría sido mejor que me quedase en Londres, y luego esto.

-Aquí por favor -dijo Sherlock- . Es un hotel barato pero bueno...

Salí del taxi a zancadas en cuanto se detuvo.

-Hey. John... -me llamó Lestrade.

Apreté el paso hacia el interior del edificio, furioso. Lo hice con la idea de pedir un cuarto para mí solo y desaparecer tras sus puertas, pero la recepción estaba vacía. Me volteé hacia la entrada, y luego de un minuto entero, vi a Lestrade y Sherlock entrar. Se habían quedado conversando algo y Lestrade parecía exasperado, como si hubiera hecho mal en dejarle solo con Sherlock.

-Sherlock, no soy asiduo a ocultar nada a nadie -dijo Greg en cuanto llegaron a recepción. Sherlock se mantuvo alejado, mientras yo fruncía los labios, sin ocultar mi enojo. De hecho, estaba alardeando de él- . Ya has ocultado cosas antes, y cuando lo has hecho, tú y John han parecido dos viejos casados. Sinceramente...

Le miré sin entender. Sherlock dio un suspiro.

-Si no vas a hacerlo tú... -dijo Greg.

-¿Dime otra vez por qué viniste, Lestrade? -dijo Sherlock fulminándole con la mirada. Tocó la campanilla de la recepción. Claramente quería evitar esa situación.

-Porque me ibas a necesitar. Mycroft sabía que tú y John solos iban a estar incómodos.

-No creo que haya sido por eso... -dije por lo bajo. Recordé las sugerencias, con sabor a advertencia, de Mycroft, de guardarme para mí cualquier tipo de sentimiento por Sherlock que fuera más allá de la amistad. Si Irene Adler era una dominatrix, Mycroft era el segundo al mando.

-John -dijo Greg, con aire de estar a punto de decir la mayor revelación del siglo- , Sherlock está legalmente casado con Haneen.

Sentí cómo una sensación de frío me subía desde el estómago. El efecto fue instantáneo, como un helado prematuramente tragado. Miré a Sherlock fijamente, y este apartó su vista a otro lado.

-Oh, por favor, no es una tragedia -dijo Lestrade- . Pero el caso es que debes contarle tus cosas a tus amigos, Sherlock, incluído porqué armaste un suicidio falso hace casi cuatro años. Sinceramente, Sherlock, debiste aclarar todo apenas volviste...

-Le dije porqué -dijo Sherlock. Carraspeé- . Te dije porqué, John, fue...

-Greg dice que te saltaste algunos detalles, y la verdad es que si son detalles desagradables, prefiero quedar en la ignorancia.

-Sherlock saltó del edificio para evitar que los secuaces de James Moriarty nos dispararan a mí, a ti y a la señora Hudson -dijo Lestrade como rayo veloz.

¿Qué? ¿Había escuchado bien? Miré a Lestrade con consternación.

-Greg, qué...

-¡Por el amor de dios! -exclamó Sherlock yendo a tocar la campanilla otra vez, ahora repetidas veces.

-¡Estoy en mi hora de descanso! ¡Vuelvan en un rato más! -gritó una voz desde adentro. Había un bastidor que daba paso a la parte trasera de la recepción- Americanos...

Lo había hecho para salvar a alguien más, para salvar a tres personas, no sólo para detener a Moriarty. Había sido más que un intento por ganar una guerra contra un rival sanguinario.

Siempre lo creí mentir por ambiciones personales, por desear probar que su inteligencia más que ninguna otra cosa. Siempre creí eso. Y no le juzgué, ya conocía esa faceta suya y la había aceptado, aunque me causara rechinar los dientes algunas veces. Por el amor de dios, yo había matado a un hombre a fuerza de proteger a Sherlock de su propia ambición por resolver cada misterio, y lo haría una más y mil veces para mantenerlo vivo. No me importara que fuera un freak del misterio, lo que siempre me molestó acerca de esos dos años de mentiras había sido que no se explicara. Me dejó en la duda por más tiempo del que pude soportar. Fueron dos años inventándome teorías de porqué lo había hecho, mientras otros trataban de deducir el cómo.

Porqué lo había hecho...

-Sherlock, ¿Por qué no me dijiste...? -comencé a decir, pasando junto a Lestrade para acercarme a él.

Sherlock dio un paso atrás, evitando contacto visual.

-Podríamos ir a comer y beber algo hasta que termine la hora de descanso del señor sin rostro -dijo Greg, mirando el bastidor de acceso con ojos asesinos- . Siento que tengo arena en la boca.

Seguí tratando de establecer contacto con él, pero Sherlock de pronto se había cerrado. ¿Por qué le avergonzaba tanto hacer algo desinteresado? Por fin no era solo un detective, sino un héroe también, y él lamentaba que se supiera.


<-- Capítulo 6
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Supernatural: A mitad de la Temporada 10

A veces le echo la culpa a la ship Destiel, a veces le echo la culpa a la serie Sherlock por poner altos estándares de calidad, pero lo cierto es que en el fondo siento que la culpa de esto la tiene el tiempo.

El final de la Temporada 5 fue perfecta en el sentido de que cerraba un arco narrativo que venía construyéndose desde la primera temporada de Supernatural. Sam era el centro de esta historia -por algo el nombre de Jared Padalecki sale primero en los créditos iniciales de cada capítulo- , Sam el niño con sangre de demonio que intentaba luchar contra sus impulsos interiores, su atracción natural por la maldad, y que se manifestó desde el momento en que comenzó a beber sangre de demonio. A lo vampiresco, ¿no? Fue ahí que nuestro Jared conoció a Genevieve, la que ahora es su esposa gracias a que interpetó a la demonio Ruby.

Humano!Castiel "cepillándose" los dientes
Sam acabó la quinta temporada cayendo en el infierno como medio de deshacerse del coludo, de
Lucifer, que había estado poseyendo su cuerpo repetidamente. Ahora, ya en 2014, la temporada 10 me parece demasiado desarmada. No veo un arco y una conclusión lo bastante atrayente como para mantenernos en ascuas como lo hacian las primeras temporadas. Supernatural, además, desperdició dos arcos narrativos sumamente interesantes y que, si bien no ayudarían al avance de la trama en general, servirían de experimentación en lo concerniente a los comportamientos de los personajes principales. Castiel había caído, era ahora un ser humano, y en el fandom de Supernatural se escribieron múltiples fanfictions posteados mayormente por ArchiveofOurOwn, el sitio de internet de publicación de historias. Este sitio es tan popular que he estado esperando semanas a que me den una oportunidad de registrarme. Sí, estoy en la lista de espera básicamente.

Otro arco desperdiciado, aunque no del todo, fue el de Dean siendo un demonio. Todos conocemos la ship llamada Destiel, la cual junta a Dean a Castiel en una posible relación romántica, y con la que los escritores han jugado mediante subtextos y referencias, pero que no se han atrevido a explorar de verdad. Es lo que se llama Queerbaiting. Los escritores y productores se dice juegan con esto, con las bromas gays para atraer a posibles públicos miembros de la comunidad LGBTQ. Lo toman como broma, como fuente de humor, y los mismos escritores y productores de distintas series de televisión lo han reconocido. Pero nunca lo llevan a algo concreto.

Bastante insultante.

El arco en cuestión relacionado con Dean, es el de Castiel encontrándose, ya siendo un ángel, con un Dean con alma demoniaca. Demon!Dean. Como sabrán, Castiel al mirar a los seres humanos a su alrededor es capaz de ver sus almas, y ver a Dean en full como demonio habría sido algo interesante de explorar. Si bien obviamente no veríamos el cómo Castiel ve a Dean desde su punto de vista, la relación entre ellos cambiaría por la nueva naturaleza de Dean.

Así que, tenemos dos arcos narrativos desperdiciados. Bastante decepcionante.

Y lo cierto es que después del capítulo llamado Fanfiction, yo tendí a desinflarme en mi fanatismo por la serie. Al principio la serie me gustaba por los hermanos Winchester. Me gustan las historias sobre hermanos porque cuando están solos y lo único que tienen al lado es el otro, la relación se presta para la ambigüedad, y eso es sumamente interesante de ver. Sí, llámenme pervertida, ya sé que entro en la categoría, y de hecho he escrito sobre relaciones incestuosas. Pueden leer mi novela  "Tratando de ser Feliz" aquí. En ella exploro la relación de los hermanos Kaulitz de Tokio Hotel, mis fantasías sobre ellos xDDD.

Luego de que llegara Castiel a Supernatural, no obstante, mi obsesión fueron él y Dean. Destiel, sí. A medida que Sam crecía y se ponía más hombrecito, mi interés por los Winchester como dúo dejó de interesarme. De hecho, creo que estarían mejor separados. Ellos no tendrían porqué estarse encargando de todos los problemas sobrenaturales del mundo. Ellos son sólo dos seres humanos U.U, y creo que sería mucho más sano si se fueran por caminos separados.

Pero Castiel y Dean... I mean... ellos son diferentes. Ellos se hacen felices el uno al otro, ellos se dan energía, buscan excusas para pasar tiempo a solas. Es decir, en el último capítulo de mitad de Temporada 10, "The Things We Left Behind", "Las cosas que dejamos atrás", y que exploraba el arco narrativo de Jimmy Novak (el humano vasija que eligió Castiel para caminar por la tierra con apariencia humana), con Castiel queriendo hacerse cargo de Claire, la hija de Jimmy Novak, en este capítulo abrimos prácticamente con Castiel y Dean yendo a comer a una tienda de hamburguesas y comida insana norteamericana. Dean le pide a Sam que vaya a solucionar unas cosas, cuando podría haber ido con él, sólo para quedarse a solas con Castiel. Poco después mientras conversan, Dean le pide a Castiel que, si la marca de Caín vuelve a apoderarse de él, que Castiel termine con su existencia.

(x)

Destiel aún está en el aire, pero lo cierto es que después del capítulo "Fanfiction" (10x05), las esperanzas de los fans han decaído. En ese capítulo los guionistas expusieron, a través de Dean -convirtiéndolo en una suerte de vasija- que ellos tenían su versión de la historia y nosotros teníamos la nuestra. Es decir, nuestra la de Dean y Castiel como posibles o futuros compañeros de vida. Compañeros en el sentido que todos sabemos, claro. Nos hemos resignado y eso le ha quitado algo de la emoción que yo sintiera antes cuando Dean y Castiel se juntaban en una escena, en una misma habitación. Esa emoción simple por ver a dos personas que se apoyaban y querían incondicionalmente, que se daban nuevas oportunidades, que se perdonaban y nuevamente confiaban ciegamente en la otra, a pesar de sus malsanos pasados.

Pero tras este capítulo, si bien debiera ser suficiente para nosotros -de hecho fue un capítulo precioso, de los pocos que no borré de mi computador XDDDD- , fue el ultimatum para mí.

Sé que podemos tener nuestra propia versión. Por dios, el mundo es libre y podemos hacer lo que queramos, especialmente en Internet, donde somos anónimos. Pero el canon es por lo cual yo sigo a las series.

Con "Sherlock" el camino hacia shippear "Johnlock" fue un tantín más complicado. Hasta que vi "El signo de tres", yo veía la serie porque era en esencia sumamente entretenida, por los casos, por las personalidades de los personajes, por muchas cosas, pero nunca porque pensara que Sherlock y John pudieran tener algo más que una amistad. Pero pasó el capi "El signo de tres" y las cosas cambiaron para mí. Deben considerar que este fue el capi 2 de la tercera temporada, no el tercero de la primera, o el primero de segunda. Fue bastante tarde que yo empecé a ver la relación de los dos desde otro punto de vista.

Con Destiel, sin embargo, fue casi desde el inicio, y creo que fue la performance de Castiel la que me permitió verlos de esa forma. Creo que en esencia, Cockles (la ship de Jensen Ackles y Misha Collins, los actores que interpretan a Dean y Castiel respectivamente) es la causante de Destiel. Los actores no dejaron de lado su flirteo amistoso en la vida real, o es que los guinostas quisieron incluir este flirteo. Los escritores de Supernatural, gracias a que la serie se ha mantenido con un mediano perfil, se han tomado muchas libertades, y esa es una de las características por las cuales a muchos nos gusta esta serie. Un ejemplo de esta toma de libertades es el que hubiera alguien llamado Chuck Shirley que estuviera inmortalizando en novelas las aventuras sobrenaturales de los hermanos Winchester. Chuck es el profeta, y es de alguna manera la representación de los guionistas y el creador de SPN a través de la serie. For god's sake, Chuck Shirley usa de seudónimo literario "Carver Edlund", ambos apellidos de dos de los guionistas que han trabajado para Supernatural, siendo Ben Edlund el más acérrimo shipper de Destiel.

Ben Edlund, aka el Mesías (x)
Otro capítulo en que se tomaron libertades narrativas fue "The French Mistake", el cual mostraba a nuestros dos héroes irrumpiendo en el mundo "real", en el cual se llamaban Jensen Ackles y Jared Padalecki XDDDDDDDDD. Aquí esta la reseña de ese capítulo. Es uno de mis favoritos.

Cockles es el causante de Destiel, incluso Misha Collins shippea Destiel... y siento que también Cockles XDDDDD.

Pero las cosas han cambiado ahora. Y aunque aún tengo un mínimo de esperanzas de que esta temporada termine de manera ingeniosa, no siento el mismo entusiasmo de antes. Dios, podrían perfectamente haber explorado el End!Verse (universo del fin del mundo) expuesto en el capítulo 4 de la Temporada 5 -"The End"- , donde se mostraba un futuro posible en que Sam seguía poseído por Lucifer y Dean seguía en la resistencia, tomando decisiones suicidas acerca de sus compañeros, y donde además, Castiel seguía acompañándolo.

Pero las decisones narrativas que se han tomado en la serie, desde mi punto de vista, no han sido las más correctas respecto de los personajes. Siento que convertir a Dean en un demonio ya fue un gran error. A veces, de hecho, creo que haber continuado la serie después de terminada la Temporada 5 ya fue un gran error.

Sólo espero que me prueben lo contrario.




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jueves, 4 de diciembre de 2014

Los Juegos del Hambre: Mockingjay Parte 1

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Si bien hace ya dos semanas que vi la película, sólo ahora me atreví a hacer una entrada, porque después de la peli quedé algo alterada.
Leí el libro como 1 mes antes de que fuera al cine a verla. No me di el tiempo para terminarlo antes porque estaba con cosas de la U, pero ahora que lo veo en perspectiva, quisiera no haberlo leído antes de para así tener toda la sorpresa, si bien tuve sorpresas igual.

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Resulta que la película... es más política de lo que pensé que la harían. Por razones de conveniencia, algunas películas las acallan un poco porque podrían provocar revueltas o algo. El mismo Harry Potter y las Reliquias de la Muerte la acallaron un poco, modificaron los tonos de ciertas escenas que según la propia autora del libro ella había imaginado mucho más politizadas, donde se mostrara un estado demagógico como el que se convierte el Estado de los Magos en la Reliquias de la Muerte. Una escena en particular fue lograda muy bien para mi gusto en ese sentido, y es esa de la primera película en que Harry, Ron y Hermione se infiltran en el ministerio para quitarle el relicario a Umbridge. Pasan por un salón lleno de gente haciendo pancartas de criminales más buscados, entre los cuales están nuestros tres héroes. Parece una fábrica nazi o algo, todo ordenado, sistemático, muy milico y monócromo.

En la película Mockingjay Parte 1 no suavizaron nada. Mostraron todo crudo y fuerte, como supimos que era al leer el libro. Y la Parte 2 será aún más fuerte, se los juro.

SPOILER

Otra cosa que felicito a esta película es que Josh Hutcherson... Josh Hutcherson es un sol, un regalo a la humanidad. El personaje de Peeta, hay que decirlo, es bastante plano, pero en esta película todo cambia radicalmente. Todo cambia para Peeta. Ya no es él mismo y lo que él siempre temió que pudiera pasarle al ser seleccionado para estos juegos de sangre, sucedió.

Lo convirtieron en otra persona, lo tornaron en algo lejos de lo que él realmente es. En una persona amargada, violenta y vengativa, alguien cegado por juicios equivocados, que ha tergiversado por completo los sentimientos que lo movían en las dos películas anteriores, sus sentimientos por Katniss.

Es sabido que se han creado muchos mecanismos de tortura a lo largo de todas las guerra del mundo,
y en la actualidad aún se utilizan. Como en una especie de condicionamiento animal, convierten a las personas en algo que no son por la satisfacción de más poderosos. Y mecanismos de manipulación se han tratado en otras historias, como Juego de Tronos, donde Greyjoy es tornado en un esclavo dependiente después de ser torturado y castrado, o en "Sucker Punch", donde se hace referencia durante toooda la película a un tipo de tortura y manipulación sicológica desarrollado por la Cía, un tipo de control mental llamado Monarch  originado en MK-Ultra, y que requería del control mental de las víctimas y que daban como resultado esclavos sexualmente sumisos.



En un post de Taringa se explica en qué consiste el programa "Monarch":

"Pero lo peor son los métodos. Básicamente se basa en la programación mental a través del trauma. Para eso se somete a los niños (a veces desde el útero) a TODA clase de torturas (eléctricas, de calor o frío extremo, punzantes, como alfileres en los ojos) abusos sexuales (siendo la sodomía lo más común ya que no solo representa un dolor insoportable para el niño sino que es un dolor que va directo por sus columnas hasta sus cerebros donde estalla logrando la disociación más rápido de lo habitual), privaciones de los sentidos, ingesta de heces, dislocación de los cuatro miembros, terror extremo, etc., todo eso para llevarlos a un estado tal de dolor y horror inimaginable porque en esos momentos la mente se disocia y crea personalidades paralelas para lidiar con el trauma del dolor. En ese momento es cuando aquel que lleva a cabo el proceso “escribe” (programa) sobre esa nueva personalidad en blanco, la cual puede activarse simplemente por algún disparador simbólico que puede ser una frase, algún sonido o imagen."



Peeta es sometido a torturas que lo convierten en un esclavo del Capitolio. Lo convierten en un enemigo para Katniss, aunque no para la resistencia. Lo convierte en un ARMA, y al final del filme vemos como Josh Hutcherson, con un desplante y coherencia increíbles, se descontrola ante la visión de Katniss, culpándola de todo lo que le ha pasado a él, a su familia y al Distrito 12.

Otro aspecto de la película es la canción. En el libro la escena ocurre ligeramente diferente. Si mal no recuerdo, es Katniss quien comienza a hablar de la canción del "Hombre colgado", "The Hanging Tree", y creo que es ella quien comienza a cantarla por voluntad propia, mientras que en la película es alguien más quien la mueve a cantar.

Esta es la canción, maravillosamente cantada por Jennifer Lawrence:



Otro cosa... bueno, no cosa, sino persona, es Natalie Dormer, que hizo de Cressida, una de las originarias de Capitolio que decidió unirse a la resistencia para poder ayudar a Katniss.

Natalie Dormer encarnó fantásticamente a este personaje. Yo la conocía de Juego de Tronos y de
"Elementary", la serie gringa de Sherlock Holmes. Y la verdad es que inconcientemente comencé a ligar Cressida con Katniss por culpa de lo carismática y sexy y robapantallas que es Natalie Dormer. La verdad es que nunca antes había shippeado a dos personajes por mí misma. Siempre ha sido porque hay ya todo un fandom detrás emparejándolos. No sé porqué. De hecho, en los tiempos mozos en que era ultra fanática de Harry Potter (aún lo soy, pero en ese tiempo estaba obsesionada), y entraba a foros de teorías, donde de hecho presenté como dos que se hicieron realidad (la de que Harry era otro más de los horrocruxes de Voldemort), incluso en ese tiempo de fanatismo acérrimo, yo nunca emparejé a los personajes. No me interesaba simplemente. Daba por hecho que Hermione y Ron terminarían juntos, pero... ya ven, nunca fue algo por lo que suspiraba y hacía teorías. No me interesaba. Pero esta vez es diferente, y Katniss y Cressida son mi ship número 1, si bien ya sé que nunca serán canon. Bueno, número 2. Katniss y Peeta siempre serán los primeros.


La película en su transcurso es sumamente fuerte. Luego de que esta canción es cantada con Katniss, esta se magnifica en un himno de marcha por aquellos rebeldes del Distrito 13 que en la historia van hacia las represas del Capitolio para cortarles los productores de electricidad. De esta manera, todo el Capitolio queda sin luz y así Beetee, quien participara en el Quarter Quell (no me acuerdo del nombre en español, sorrry), podría burlar las defensas digitales del Capitolio, y así podemos poner los propos grabados por Katniss al aire. Estos rebeldes no sobrevivieron, y convertir la canción en un himno de despedida, de lucha, fue algo bastante potente que dejó a la gente y a mí con escalofríos.

Sin decir más, sin spoilear más, debo decir que esta película es una que hay que ver a los cines. Si ustedes son de los que prefieren esperar a los por DVDs pirata o al DVD original, como sea, les digo altiro que vale la pena verla en el cine. Es diferente, es otra cosa, las emociones que sentirán siempre serán más intensas en una sala de cine, con pantalla grande y con otras decenas de personas sintiendo las mismas emociones que tú.

Totalmente recomendable n.n.

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lunes, 17 de noviembre de 2014

El porqué de que los hombres le teman más a los homosexuales que las mujeres

Hoy he tenido una revelación. OK, no. Lo que pasa es que a raíz de estar investigando el tema, ya que nunca he podido entender el origen de la homofobia, ya que nunca la sufrí -FUCKYEAH- , empecé a darme cuenta de algo muy importante, y que está directamente relaconado con mucho de lo que yo de hecho condeno en el comportamiento masculino.

Está científicamente comprobado que a los hombres les entra el placer por los ojos. El hecho de que miren a una mujer y sean capaces de excitarse sólo mirándola, es algo genético. A las mujeres nos entra el placer por el tacto. El tacto es lo que nos da placer de primeras. A los hombres igual, a cualquiera de hecho, es algo normal y natural. El problema entra aquí cuando se sexualiza a las mujeres para todo.

En la sociedad vemos a las mujeres sexualizadas constantemente, en la publicidad, en las películas, en todo.




Vemos cómo en las películas nos muestran a cien tipos de hombres -fornidos, flacos, pachonchitos, chicos, grandes, desproporcionados, jóvenes, viejos, etc etc- mientras que nos muestran una sola clase de mujer:


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No me malentiendan, encuentro a estos caballeros y jóvenes actores muy guapos. Adoro a Bill Murray en "Lost in Translation", es mi love. Y caí por completo por Dev Patel desde que lo vi en "Slumdog Millionaire", pero tienen que reconocerlo: no son los galanes típicos.

"6 días y 7 noches" Harrison Ford (x)
A las mujeres no se nos considera si no somos como Keira Knightley o Angelina Jolie. A las actrices que pasan de los 35 no las van a poner en protagónicos a menos que envejezcan de la manera "correcta". No las van a poner de doncellas o de las que busca el amor. Más seguro es que las pongan de madres de la protagonista, o de villana de turno, etc, etc. Pero con arrugas no van a ponerlas de love interest como hicieron con Harrison Ford teniendo casi 60 años en "6 días 7 noches", con una actriz de 29 años como pareja fílmica. De nuevo, no me malentiendan, me encanta ese film y yo totalmente mataría por ser la que estuviera en lugar de esa actriz, de ese personaje, pero nunca van a ver la misma situación al revés. Hay que ver nomás cómo le han bajado los bonos a Meg Ryan sólo porque ya no luce como lucía en "Cuando Harry conoció a Sally" y cómo hasta ahora Brad Pitt, en sus 50 años de edad, sigue haciendo protagónicos y siendo llamado "galán" en las noticias.

Y los hombres que rechazan a actrices de mayor edad en la industria del cine, de la televisión, son hombres que son concientes de cómo reacciona otro hombre y ellos mismos ante una piel joven y curvas casi anti naturales. Sí, es parte de la naturaleza que reaccionen así, pero eso no justifica que se use la imagen de la mujer tan morbosamente, convirtiéndonos en un producto de mercado.

¿Y por qué los actores no salen mucho del closet? Quizá sea por el público que pueda ver las películas, pero creo que hay otra razón. Cuando los hombres hétero cómo ellos reaccionan ante un cuerpo del sexo opuesto, saben que un hombre gay va a reaccionar del mismo modo ante otro hombre. Después de todo siguen siendo hombres, siguen sintiendo de la misma manera, sólo que las cosquillitas las sienten por alguien de su mismo sexo, y quienes se encargan del cast no van a querer a un hombre en el set que pudiera ponerse a mirarles el trasero. No quieren ser vistos por otros hombres del modo en que ellos mismos ven a las mujeres: con lujuria.

Ustedes dirán: ah, esta feminazi es una frígida. Yo no condeno la lujuria. Es parte del sexo, o sino cómo podríamos ponernos más creativos en la cama. Lo que no debiera ocurrir es que a las mujeres se nos sexualice todo el tiempo y para todo. No somos mercancía, y merecemos caminar tranquilas por la calle sin que alguien nos chifle indicándonos cuánto desean follarnos. Porque eso es lo que hacen cuando te piropean en la calle, no finjan que no. Y es asqueroso. Y lo peor es que si a estos mismos hombres que piropean a mujeres, los piropearan otros hombres, se molestarían, porque saben con qué tipo de pensamientos los están chequeando. Y en cuanto saben que hay un gay a su alrededor, piensan que este los va a acosar. Y de hecho también pasa con algunas mujeres cuando saben que hay alguna lesbiana alrededor.

Yo no soy lesbiana, me gustan los hombres, pero nunca he estado totalmente segura de mi heterosexualidad. Sucede que siempre me he vestido con ropa más o menos holgada. Me gusta andar cómoda y no soy de usar faldas ni ropa femenina en general, y tengo el cabello super corto. Esto me ha valido que me tomen por lesbiana en muchas ocasiones, si bien el cómo te vistas tiene que ver con los roles e identidades de género, si bien no tengo ningún deseo de ser un hombre -quizá por un semestre para poder mochilear sin riesgo de que me violen y me maten- . En el colegio terminé la enseñanza media y me enteré de que todas daban por hecho que era lesbiana y que me gustaba mi mejor amiga -era un cole de minas. Yo vivía en la luna, no me daba cuenta gracias a Gaia, especialmente porque nunca sentí ningún sentimiento romántico o sexual por ninguna niña en el colegio. Nunca. Pero tampoco me enamoré de ningún niño en esos años. Y de hecho con 24 años aún no me enamoro, si es que tener como amor platónico a Benedict Cumberbatch no cuenta como enamoramiento. Quizá sí. Whatever. Y en la U, mis compañeras siempre han tendido a no dejarse tocar. La gente en Santiago creo que de por sí no se abraza mucho, pero una vez una niña de la que era más o menos amiga, yo le toqué el pelo y altiro se alteró, así para broma, casi de burla, creo. Yo no entendí en ese momento -les digo, vivo en la luna- , pero luego me di cuenta de lo que había significado. Y el único niño gay del curso, en primer año, en el primer día me salió siguiendo de la U para fotocopiar juntos unas cosas. Yo creí que lo hacía de amable pero luego entendí porqué tanta amabilidad. Pensó que se había encontrado con alguien del mismo bando.

Y esos son estereotipos. Y las mujeres, algunas, rehuyen a las lesbianas o a las que creen que son lesbianas porque creen que... no sé en realidad. Creen que se van a propasar con ellas o algo.

Quizá también es eso. Algunos héteros cisgénero podrían creer que las relaciones gay son puro sexo y que son unos adictos sexuales y weas, cuando la realidad es que hay de todo en los dos bandos. Tres, cuatro bandos, cinco.... hay muchas orientaciones sexuales, y en todas hay todo tipo de personas. Adictos sexuales, gente casi asexual, asexual, gente que sólo siente deseo sexual cuando hay un vínculo emocional de por medio -YO!- , gente aromántica -también existe- , gente hétero homoromántica, bisexual, etc, etc, etc. Y sentir cosas que se creen no se debieran sentir porque ya se está definido, no debería ser tomado con miedo. No creo que nadie sea 100% hétero o 100% gay. Con la fluidez de la naturaleza, dudo que las cosas sean blanco y negro respecto de la sexualidad. De hecho, yo me entretengo cuestionándome acerca de todo. Así nunca te aburres y nunca terminas de conocerte.

Y un hombre hétero no debiera recriminar a uno gay por mirarlo con interés. Ellos miran del mismo modo a las mujeres, y siempre que las mujeres les reclamamos, nos abuchean excusándose con que es parte del comportamiento humano. Si es así, entonces no reclamen cuando un hombre gay los piropee.

Bueno, pues, es comportamiento humano, pero no por eso debieran llevar ese comportamiento humano a una pancarta de 8 metros en la calle donde una mujer sale abierta de piernas vendiendo tacos.

2da viñeta: "¡Hey! ¡Qué estás mirando!"

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¿Qué es la Unanimidad?

Es esa tendencia del ser humano a desear que todos los que le rodean entren en una cajita con una etiqueta que ellos aprueben. Si uno no entra en ese cajita, uno es rechazado socialmente.
Tenemos que destruir esa cajita, porque el ser humano es complejo por naturaleza. Todos somos diferentes y aceptables, a menos que uno sea un sacoehuéa abusivo con tendencias dictatoriales.

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Chile ya no es un país

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