Supe mucho después que la película tuvo malas críticas. Cuando me di cuenta, creí que había entrado a otra dimensión o algo, porque lo único que recuerdo después de haber visto esta película, con una persona que además se duerme con las películas -mi mamá- fue que había visto una obra de arte. Obviamente en ese tiempo, con 14 años, no pensé en "obra de arte", pero sí pensé que había sido buena, que me había dejado en shock, que era una película sorprendente, ese 0,0000001% de películas que no son predescibles y que se te quedan en la retina por harto tiempo.
¿Porqué mencionó a mi mamá? Como dije, ella se duerme con todas las películas. Las películas que le gustan suelen ser muy "out of mainstream", muy fuera de lo popular, y aunque casi todas coinciden en eso, cuando pasa que le gusta una película es de todos modos muy inesperado. Mencionaré además que mi mamá no tiene educación universitaria, es una persona que vive la vida simplemente, muy considerada con la gente, muy servicial, maniática de la limpieza y el orden, a menudo fuente de mis mayores rabias por su manera de ser medio militarezca. Es hija de su generación, de la generación que creció asustada con la Dictadura militar chilena.
Las películas que le han gustado, bueno, recuerdo poquísimas, se duerme con casi todas. Pero le gustó "Secreto en la Montaña" cuando fue a verla al teatro municipal de mi ciudad gratis, sin siquiera ser del todo abierta de mente. Le gustó "Lilo & Stitch" (esa es mainstream, pero hay que decirlo, no está dentro de los clásicos de Disney, aunque a mí me gustó mucho), y le gustó "Amélie" cuando la vio también. Esas son las pocas películas con las que no se ha dormido.
Ahora, con esta película, "La Aldea", no se durmió tampoco. Recuerdo que la arrendamos porque queríamos ver cine de terror. Arrendamos esta y una incluso menos mainstream, "Cenizas de Angela". Esa es otra que le gustó.
Esta película es considerada una película para cinéfilos, de esa gente que critica todo y lo que no critica significa que es muy bueno. Eso he leído al menos. Pero yo cuando la vi tenía 14 años, veía lo que era popular, era fan de Harry Potter, no había visto muchas películas para entonces y mis favoritas eran de Disney. No era una luminaria. Ahora con 24 años he visto probablemente 8 veces más películas que entonces. Soy una cinéfila, tengo que decirlo, y me gustan muchas menos películas que entonces. Soy más crítica, pero con esta película nunca he sido crítica. Todas las pelis que veo les encuentro alguna falla, y la gente me trata de pseudointelectual por esto, pero esta película, La Aldea, me gustó a los 14 y todavía me gusta a los 24.
Una de las cosas que más me gustan es el trasfondo narrativo, el hecho de que se apartaran en esta comunidad a raíz de la violencia existente en el mundo. Eso me llegó mucho, porque ya sabía que habían cosas malas en el mundo en ese entonces. Sabía que había crueldad, pero creo que ese hecho me llega más ahora que entonces.
Otra cosa que me gusta mucho de la película es Ivy y Lucius. He leído críticas que dicen que "la pasión ha sido drenada del diálogo de esta película", o algo así era. Se la ve como una película pasiva, aburrida, que no cumple con las expectativas. O sea, la gente entró a ver la película esperando ver sangre, cabezas cortadas, violencia, horror del bueno, ¿me entienden?, pero salieron del teatro habiendo visto algo totalmente diferente. Sin embargo, hasta hoy no me entra en la cabeza porqué el ser sorprendidos no fue suficiente para quedar felices con lo que vieron. El no ser predescible para mí le da suficientes créditos a una película. Todas la que salen estos días son predescibles, todas son lo que sus trailers anuncian, o no lo son pero de un mal modo. Ya saben, como cuando muestra una película como una consistente en explosión tras otra, lo cual me carga si no tienen nada más sustancial en ellas. "Capitán América: El Soldado de Invierno", es una de esas películas donde los efectos especiales, las explosiones, se justifican. De esas películas donde los efectos son tan buenos que pasan desapercibidos. Es de esas pocas pelis de acción que me han gustado la verdad, junto con "Los Vengadores", la 1. La 2 no.
El amor entre Ivy y Lucius me pareció perfecto, la verdad, especialmente basándose en esa frase que siempre se me quedó en el disco duro, "A veces no hacemos cosas que queremos hacer porque no queremos que otros sepan que queremos hacerlas". Ese es literalmente mi mantra, y la fundación, para mí, de cualquier buena historia. Que otros piensen que el romance es fome en esta película, me parece absurdo, porque la escena en el porche es una de las más poderosamente sutiles que he visto, como un fuego artificial en medio de la quietud. Y el personaje de Lucius me encanta, además. Siento gran identificación con él, y creo que parte de eso hace que me guste, pero la dinámica entre él y Ivy es lo más interesante definitivamente, esa lejanía, el hecho de que él no haga cosas, como sostenerla cuando se va a caer (Ivy es ciega), porque no quiere que otros sepan que la quiere, que si la toca es porque lo desea, incluso si es para impedir que se caiga. Obviamente este tema es un paralelo para lo que sucede entre el padre de Ivy y la madre de Lucius, o lo que no pasa.
Pero el romance de Ivy y Lucius me parece fascinante, aunque no haya grandes besos, escenas de sexo, confesiones de amor a gritos... A veces lo sutil es más poderoso que el romance obvio y explosivo -Jane Austen sabía esto muy bien- , y a los 14 años me di cuenta de eso sin mucho esfuerzo. Por algo me gustan las series coreanas.
Otro fuerte de esta película es la música. Es hermosa y no se traga la película. Te remonta a los tiempos en que estos aldeanos debieran vivir a juzgar por sus ropas y costumbres y modos de vivir en general. Te saca de la actualidad, que es la verdadera época en que los personajes están, y le da a los momentos adecuadas la justa dosis de terror que esta película, a modo de engaño, te da para convencerte por la mayor parte de su narración que lo que estás viendo es una película de terror.
Lo otro que me gusta es ese preciso engaño. El que me sorprendan, el que me engañen y luego me revelen la verdad de sus circunstancias, el que me dejen preguntándome por lo que acabo de ver incluso después de que los créditos empiecen. Pero aparentemente a la gran mayoría no le gusta que lo engañen, le gusta ver en el cine precisamente lo que esperaban ver. Tienen esa venda en los ojos, ese egocentrismo que los hace querer ser dueños de la historia que están viendo. Porque es egocentrismo. Es verdad que somos espectadores de las películas, que cuando las vemos nosotros nos convertimos en dueños de ellas, de cierta manera, pero no pueden esperar que el narrador haga precisamente lo que el público espera, que la película entre en esta especie de burbuja de un sólo género en que ningún género pueda entrar.
Otra cosa maravillosa son los actores. Esta es la primera peli que vi de Adrien Brody. La primera que vi de Bryce Dallas Howard (Ivy Walker) y la mejor en la que la he visto hasta ahora. Luego la vi en "La dama del agua", de Shyamalan también (el director, por estos días con carencia de ideas brillantes para el cine, tristemente), "Terminator 4", "50/50" y finalmente "Jurassic World". También es una de las primeras en las que vi a Joaquin Phoenix. Obviamente lo había visto antes de esta en "Gladiador", como el emperador Commodus, donde se hizo odiar maravillosamente bien. y luego lo vi en "Señales" el 2002 (La Aldea es del 2004). Lucius es mi personaje favorito y él lo actuó maravillosamente.
Lo que me gusta además de esta película son los símbolos. La historia lidia con el alejamiento de la civilización a causa de las malas acciones humanas. Los personajes viven en un sitio de inocencia, donde se vive de manera atrasada pero con inocencia. Los símbolos para dar esto a entender son los colores. El color malo es el rojo, y el color bueno es el amarillo. Pero los más viejos de la aldea, los que empezaron esta comunidad a raíz de los horrores que vivieron en sus vidas, no usan el color amarillo porque ellos no son inocentes. Ellos saben, vivieron cosas horribles por lo tanto no son inocentes. No es la carencia de pecados lo que hace a alguien inocente, sino el desconocimiento respecto de esos horrores que los hicieron apartarse de la civilización. Ivy pierde su inocencia al vivir el horror de lo que ocurre con Lucius, y Noah, el chico retrasado que apuñala a Lucius después de anunciarse la boda de Lucius con Ivy (Noah estaba enamorado de Ivy). pierde su inocencia al cometer tan crimen, siendo que él era prácticament un símbolo de esa carencia de maldad en la aldea, al tener un retraso mental.
Y Ivy es en sí misma un símbolo de la ceguera que sufre la aldea al no saber la real mentira detrás de sus circunstancias. Y creo, no sé si será deducir mucho, que el que tenga el pelo rojo refuerza aún más este símbolo.
Otra cosa muy lograda es la sencillez de esta película. No exagera en nada, es sencilla, el manejo de la ambientación histórica no es recargada y el manejo sencillo de cámaras le da elegancia a la película, como también la Dirección de Fotografía.
Por último, mi escena favorita, o una de mis escenas favoritas, es la del porche, cuando Lucius de alguna manera le confiesa que la quiere y ambos acuerdan casarse. Otra de mis escenas favoritas es una de las últimas, por supuesto, cuando Ivy cruza el muro y se encuentra con la civilización, sin enterarse en ningún momento de que de hecho afuera está el mundo moderno. Es la ventaja de ser ciega, en este caso, la ventaja que les da a los más viejos la posibilidad de seguir con esta comunidad.
Otra escena adorable es cuando se esconden e n el sótano ante la venida de un Innombrable (los supuestos monstruos). Ivy espera a por Lucius, sabiendo que está afuera todavía, y a último momento él llega, le toma la mano y la lleva dentro de la casa. Se esconden en el sótano y Lucius sigue agarrando la mano de Ivy. Esa escena y la del porche son las más románticas que he visto nunca.
Disculpen por poner todo el diálogo. Ajaja.
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